tag:blogger.com,1999:blog-14581761380891788142024-03-13T13:12:01.409-03:00El escritor portátilTomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.comBlogger572125tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-45179758316180192902017-07-27T17:25:00.001-03:002017-07-27T17:25:31.788-03:00Martinez Estrada por Piglia<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvVqbKtGeOJQx4PvNBL7b0YcwUpzVeJ6jJ4FPvsu_nSmiJQrogCB79JnhjNIqY2c9hOYDwuqmxv25GxqvPhwKNRgh-oVc5Hv_-ma23-5R5juLID04CDB0VaKU_mjU_56QcCniWGm__o9IK/s1600/581f1ebe5684e_large.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px;"><br /></span></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvVqbKtGeOJQx4PvNBL7b0YcwUpzVeJ6jJ4FPvsu_nSmiJQrogCB79JnhjNIqY2c9hOYDwuqmxv25GxqvPhwKNRgh-oVc5Hv_-ma23-5R5juLID04CDB0VaKU_mjU_56QcCniWGm__o9IK/s1600/581f1ebe5684e_large.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvVqbKtGeOJQx4PvNBL7b0YcwUpzVeJ6jJ4FPvsu_nSmiJQrogCB79JnhjNIqY2c9hOYDwuqmxv25GxqvPhwKNRgh-oVc5Hv_-ma23-5R5juLID04CDB0VaKU_mjU_56QcCniWGm__o9IK/s320/581f1ebe5684e_large.jpg" width="320" /></a> </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Este es el prólogo que el genial Ricardo Piglia escribió para presentar la edición de los cuentos completos del escritor bahiense. Vale la pena, como puerta de entrada estas palabras. Martínez Estrada fue bastante más que "Radiografía de la Pampa". La edición es altamente recomendable.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
Imagino que la extraordinaria calidad de estos cuentos es lo que explica su lugar secundario —y casi invisible— en la narrativa argentina actual. Son demasiado buenos y por eso no encuentran su lugar. Historias de un pesimismo puro, tienen un aire trágico que las aleja de la poética lúdica y exhibicionista que domina nuestra literatura desde Borges y Cortázar. Los relatos sin salida pero serenos de Ezequiel Martínez Estrada acumulan bíblicamente desgracias y desdichas en una sucesión irónica de catástrofes, grotescas y un poco cómicas, a la manera de Flannery O’Connor o de Thomas Bernhard. ¿Cómo entender, entonces, la colocación lateral de estos textos en el escenario de nuestra cultura letrada?</div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
Un motivo podría ser que el autor ha conseguido una posición indiscutible como ensayista y, por lo tanto, sus ficciones han sido consideradas ejercicios menores y circunstanciales de un pensador muy reconocido. Sin embargo, en sus libros más famosos, como <em style="color: inherit;">Radiografía de la pampa </em>o <em style="color: inherit;">La cabeza de Goliat, </em>se ve que es, sobre todo, un narrador. Reflexiona con argumentos y con ejemplos, alegoriza el pensamiento y usa la ficción —el caso imaginario— en sus razonamientos. La noción central de los invariantes históricos que unifican sus libros es, de hecho, una ficción narrativa. La idea de un acontecimiento que se repite y se expande, cuyo origen está postulado pero no se demuestra sino que se conjetura, es desde ya una ficción que irradia sentidos múltiples. En sus ensayos se libera de la elaboración discursiva y se mueve con figuras narrativas. Personaliza los argumentos y construye una galería de fantasmas que lo ayudan a ordenar y a clarificar la experiencia histórica. En ese marco, sus relatos son una continuación destilada de sus libros anteriores. En su producción de los años cuarenta y cincuenta, bajo el peso demoníaco —para él— del peronismo, su prosa de ficción, liberada de las exhortaciones y de la interpretación, es un logro mayor y hace ver con claridad su percepción del mundo. Sus relatos no explican ni interpretan, dan a juzgar. La cuestión central aquí es —como siempre en literatura— la enunciación. El que narra es un coleccionista de calamidades, un sujeto distanciado que registra los hechos con cierta ironía y resuelve magistralmente, con detalles circunstanciales y diálogos de gran eficacia, la construcción de un mundo a la vez cotidiano y condenado.</div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
Otro motivo que ha dificultado la difusión y la legitimidad de estos cuentos es que en su momento fueron publicados por pequeñas editoriales marginales, como Goyanarte, Futuro o Nova, y circularon en el espacio lateral de la cultura de izquierda. Martínez Estrada se había alejado de la revista <em style="color: inherit;">Sur </em>y se movía en aguas más cercanas a los jóvenes escritores. Recuerdo que fui leyendo sus libros mientras se publicaban, en 1957 y 1958. Luego, en Mar del Plata, un compañero de quinto año del Nacional me contó que era sobrino del escritor y que a veces lo mandaban con él a Bahía Blanca. Se quejaba porque su tío lo obligaba a leer todo el tiempo. Le pedí que me lo presentara cuando viniera a la ciudad y así lo conocí. Fue en mayo o junio de 1959. Cuando apareció, me sorprendí, era un hombre muy frágil, que avanzaba hacia mí sosteniéndose de las paredes con la palma de la mano, pero cuando se sentó y empezó a hablar, su voz adquirió un tono elegiaco y condenatorio que lo elevaba a la posición, un poco irreal, de un profeta. Recuerdo vagamente lo que hablamos, pero persiste en mi memoria con gran nitidez la imagen que usó para sintetizar o alegorizar su diatriba. “La Argentina se tiene que hundir”, me dijo, e hizo con las dos manos en el aire el gesto teatral de hundir a un niño en una bañadera de agua turbia. Luego, con las manos todavía en el agua imaginada, tronó: “Si merece vivir, saldrá a flote, y si no, mejor será que permanezca hundida en el pantano de la Historia”. Yo tenía 17 años y lo admiraba como escritor, pero me asusté un poco y me despedí atropelladamente.</div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
Esa tarde se reveló para mí su capacidad de construir imágenes instantáneas e imborrables. Su estilo consiste en buscar un acontecimiento cotidiano, un detalle casual o una metáfora común y transformarlos en un universo denso e imposible. Tiene la virtud de convertir lo trivial, por acumulación y expansión, en algo extraordinario. Cualquier travesía o viaje, o una simple caminata por el campo, se transforma en una aventura siniestra en la que el protagonista se extravía en un mundo paralelo. El héroe de sus cuentos es siempre un hombre —o una mujer— solo, empecinado y desprotegido que se hunde al intentar cumplir con las obligaciones cotidianas. Aturdido y humillado por la sucesión de contratiempos y diligencias incomprensibles, se pierde y fracasa. Percibimos ahí la gravitación de Kafka.</div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
Uno de sus procedimientos o artefactos, digamos kafkianos, es la ampliación del espacio que se expande hasta ocupar todo el universo visible, por ejemplo, la casa de “Marta Riquelme”, o el hospital de “Examen sin conciencia”, o la escalera del relato del mismo nombre; son ámbitos fantasmagóricos y laberínticos donde los sujetos se extravían. La distancia adquiere una dimensión incomprensible y la trama se instala en esos territorios oníricos. La narración se abre a una serie de peripecias que se encadenan con gran elegancia y parecen no tener fin. De hecho sus relatos no concluyen, se interrumpen, podrían continuar ya que obedecen a la lógica serial de la <em style="color: inherit;">nouvelle, </em>una forma abierta que conviene muy bien a las intrigas circulares y obsesivas que brillan con luz propia en este libro. Por otro lado, a veces la narración se pliega a la intensidad de las formas breves y se sitúa en la media distancia en cuentos muy eficaces, como “Abel Cainus”, “No me olvides” o “En tránsito”. En el fondo, sus relatos actúan como rastros potenciales de historias siempre en expansión, como si fueran novelas condensadas y en movimiento.</div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
El otro gran procedimiento de construcción es el despliegue de los conjuntos de individuos, de los sujetos que rodean al héroe y se convierten en una masa amenazadora, una muchedumbre en la que las personas privadas se debaten y se ahogan. La amenaza de un grupo hostil está presente en casi todos sus relatos. Actúan también en su ficción los invariantes históricos (con h minúscula). En “Sábado de Gloria”, uno de sus mejores textos, en medio de una trama burocrática que sucede en una oficina pública, cuando el personaje sale del ministerio y va al banco, al cruzar la Plaza de Mayo, Martínez Estrada intercala magistralmente páginas de historiadores argentinos (Mitre, Vicente Fidel López, Saldías) que narran la ocupación de Buenos Aires en distintas épocas por las montoneras bárbaras, como si las multitudes y la prepotencia militar definieran el ambiente intemporal de cualquier relato sobre una ciudad siempre atrapada en una pesadilla salvaje.</div>
<div style="background-color: white; color: #666666; font-family: Lato; font-size: 18px; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px;">
En medio de estos relatos, a la vez realistas y desmesurados, brilla un humor cáustico, un sarcasmo que fortalece su efecto perturbador. Quizás el hecho de no percibir el elemento cómico que hay en la tragedia fue lo que afectó la recepción de estos cuentos, cuyo humor destructivo y siniestro, nunca explicitado, es un fuego fatuo, una luz mala en el campo, que ilumina al lector y le promete la inminencia de una revelación. Sus epifanías negativas titilan debajo de la densa materia narrativa y hacen de sus cuentos pequeñas obras maestras líricas e inolvidables.</div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-4496921497942643632017-03-03T18:02:00.002-03:002017-03-03T18:02:42.620-03:00Volvemos<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9ajfT7sKSHh3ZJZ2_t_oQg23-qdh1AeMHpplgzxPHYvCPJGBj967ZOF3RkhUOvJUxPV7arnlYnIIDWHexV2yTYAjG0yhUjrJwKgjlFXNncMo6iYwwwSeM5cIMEXfSmiMkivfvzkdlCNv_/s1600/Librosvisof.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9ajfT7sKSHh3ZJZ2_t_oQg23-qdh1AeMHpplgzxPHYvCPJGBj967ZOF3RkhUOvJUxPV7arnlYnIIDWHexV2yTYAjG0yhUjrJwKgjlFXNncMo6iYwwwSeM5cIMEXfSmiMkivfvzkdlCNv_/s400/Librosvisof.jpg" width="400" /></a></div>
Después de una prolongada pausa decidí retornar con las publicaciones periódicas del blog.<br />
Volveré a escribirlo pues durante algún tiempo solía replicar las lecturas que me gustaban.<br />
Priorizaré los libros, las crónicas al paso y algunas de las cosas nuevas que escribo en solista porque las otras, las que hacemos con Samurai Jack pronto tendrán novedades.<br />
Saltaré y esquivaré la política y sus temas porque para eso están las redes sociales que son un gran pabellón psiquiátrico a cielo abierto Por supuesto que las notas anteriores quedarán en el archivo. Este sólo es un punto y aparte de aquello. Así que cumplo en volver arrojar esta botella al mar con el deseo que la reciban y comiencen a leer que hay dentro.<br />
Bienvenidos de nuevo.Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-73160006698697336802015-01-11T20:49:00.002-03:002015-01-11T20:50:26.108-03:00Crónicas de verano 1.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLEuJw5bscc5nuDvtD0UUDD0hFHdXuVyQSXMV3Fmo-ugH-zmeyPoADq6hB5LVwjYs0FHv29rpuVb16_sWb3bA4f_PaKXED0WtyBogVI2kWBC7M3QjHkMGVceEZJBIVLRh4TFsI_o6A8BkO/s1600/falconnaranja2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLEuJw5bscc5nuDvtD0UUDD0hFHdXuVyQSXMV3Fmo-ugH-zmeyPoADq6hB5LVwjYs0FHv29rpuVb16_sWb3bA4f_PaKXED0WtyBogVI2kWBC7M3QjHkMGVceEZJBIVLRh4TFsI_o6A8BkO/s1600/falconnaranja2.jpg" height="300" width="400" /></a></div>
<br />
Mar del plata es una ciudad naranja. Scioli ha copado la parada de manera infantil, con cierta rémora peronista y espectáculos populares y deportes El naranja es el color, además, de los recién llegados y se tiran al sol hasta incendiarse. Si uno repara en los movimientos de la playa hay verdaderos contingentes de turistas con heladeras portátiles, comida y más comida. Al final de la tarde, las arenas son un basural y los lemmings huyen en busca de caminatas hacia el centro o algún entretenimiento que calme al piberío.<br />
El operativo sol es flúo. Hay 6 canas para organizar una bocacalle o una salida. Los helicópteros de la policía sobrevuelan la costa como diciéndonos "estamos aquí". Ya en la ruta 2 había avisos por doquier de Scioli con una sola palabra "presidente", además de radares, patrulleros y avisos de los trenes de Randazzo.<br />
Pero también hay otros colores. El microómnibus de Massa es negro con letras de colores. Vende al ex jefe de gabinete y a Giustozzi. Una avioneta cruza los balnearios con esa fórmula también. El micro de Binner es gris con letras rojas y el de Insaurralde es blanco con letras azules. Ninguno de los candidatos enuncia una idea, un concepto ni tampoco aparece de sorpresa en algún lado fuera de la norma de marketing.<br />
Una señora en la playa observa a otra gente por encima de sus anteojos y le dice al marido que ¨la playa es un atlas de cuerpos deformes¨Quizás no le falte razón pero el cuerpo de la señora es el de una ballena blanca en el acuario de Barcelona. Cerca de la orilla hay vendedores de trucherías lo que antes eran las llamadas chucherías. Toda ropa trucha, en carritos, como los choclos o panchos recalentados. Las cabinas de madera de los bañeros son naranjas y tienen también sponsoreo de Scioli. Eso sí, tienen a mano la bandera negra por si se viene una tormenta de la fin del mundo con truenos y rayos.<br />
En la feliz los precios son parecidos a Buenos Aires, aunque se sabe que en una ciudad como esta hay para todos los gustos y nabos que quieran pagar de más. Los espectáculos populares, los que se promocionan en la tele, reman de lo lindo. Las entradas oscilan de las 200 mangos para arriba aunque todos hablan de la vuelta de Carlín que al terminar la función de Leonas balbucea un "Esss u..na.. lu..chaah" aunque antes de eso Carmen Barbieri, me contaron, la gasta un poco a Nazarena y sus tembleques trágicos.<br />
Además de ver comer y comer, hay algunos aburridos se dedican a la lectura y van en busca del cultivo de la autoayuda y en amperímetro oscila entre Stamateas y Golombek. Lógico, también hay gente que le sigue dando a Caras y Gente, Pronto y hasta algún marmota se va a la playa con la tablet y se la llevará llena de arena.<br />
Los celulares coparon la escena aunque el wi fi en las playas es para los que lo pagan sino no hay. Las playas públicas ganaron la batalla contra los paradores top de la zona sur de la ciudad y una faja de clausura recibe a los recién llegados en el balneario de "Personal".<br />
Aún hay personas que cuando llaman preguntan por el clima. Ahora pienso que nunca se sabe.<br />
Je suis Charly, pienso en silencio mientras el mundo va camino a una flor de explosión y mientras tanto aquí, en la feliz, fue como una noticia más para los lagartos al sol. Igualmente, frente al casino, los héroes prestados del imperio se enmascaran como el hombre araña, batman y hasta el papa Francisco siempre sonriente y con un escudillo de San Lorenzo. Todos ellos y unos cuantos niños dispuestos a subirse al trencito de la alegría que quizás, los lleve al infierno.<br />
Se sabe. No hay, ni país, ni nada.Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-70631657225638021942014-11-17T20:43:00.000-03:002014-11-17T20:44:20.703-03:00Chau, Omar<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJHrUsIPP4Z7pXUMj60TB8X4IDMcjD-O8f52UGAnLh4biAqyS021tDzxOtz6t9ZIoFwhVa5QvbEBVEBX3-hcc8Ih51AjB_ESyiwU7eD0M1PRbqQQLLu3b30pI9jbEBRgDaVTANHRy75Kq5/s1600/B2qCJ7PIIAE0vMF.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJHrUsIPP4Z7pXUMj60TB8X4IDMcjD-O8f52UGAnLh4biAqyS021tDzxOtz6t9ZIoFwhVa5QvbEBVEBX3-hcc8Ih51AjB_ESyiwU7eD0M1PRbqQQLLu3b30pI9jbEBRgDaVTANHRy75Kq5/s1600/B2qCJ7PIIAE0vMF.jpg" height="417" width="640" /></a></div>
<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
Hace cinco años escribí este post.</div>
<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
Hoy Omar Chabán se fue de este mundo.</div>
<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="article-content entry-content" itemprop="articleBody" style="background-color: white; clear: both; color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 1.4; margin: 10px auto 5px; outline: none; padding: 0px; text-align: justify;">
Eran los ochentas, allá por el 86 cuando lo conocí en uno de mis primeros trabajos en radio Continental FM. Él era dueño de Cemento. Me habían hablado de ese lugar y también del mítico bar Einstein a donde alguna vez fui aún estando en la secundaria. Por esas cosas de la afinidad me convertí junto a un compañero de aquellos años, en prensa de Cemento. Vi cientos de bandas, conocí personajes, asistí a performances de teatro, a monólogos en alemán, vi a Sumo, a Masacre (que se llamaba Masacre Palestina), a Fricción, a la Bersuit y al pelado Cordera con quien compartí varios cafés en el Británico en madrugadas que nunca terminaban. Es que en los ochentas había un itinerario no escrito que incluía el Parakultural, Cemento, el Bambalinas y otros reductos que sin saberlo, estaban unidos en el concepto cultural de esos años. Allí estaban Los Melli, Los Macocos, Mosquito Sancineto, Pablo Misacantano y su eterno espermatozoide alineado, Alfredo Casero, Batato (que alguna vez apareció dentro de una gigantesca torta de cumpleaños como si fuese la Marilyn de Burzaco), Tortonese, Urdapilleta, Vivi Tellas y centenares de bandas de artistas y músicos que pasaron por esos escenarios. Recuerdo uno que no sé que música tocaba pero que tenía un nombre excelente: "Soldado Venga", se llamaba<br />
Allí en Cemento en las tardes de viernes o en las madrugadas de domingo charlé muchas veces y forjamos una amistad con Omar y también con su hermano, Yamil.<br />
Chabán siempre fue, y lo es, un tipo inteligente, uno de esos que tiene más en la cabeza que lo que muestra. Algunos lo consideran un loco, un mesíanico, un comerciante. Yo lo he visto en la acción efervecente de esos años, lo he visto actuar, discutir y contratar aunque perdiese guita.<br />
Chabán juntaba dos atributos que para un empresario son cosas difíciles, esa inteligencia y mucha sensibilidad.<br />
<div style="margin: 0px; outline: none; padding: 0px;">
Tres años estuve en la noche de Cemento. Luego las cosas, el oficio y el tiempo, la decadencia alfonsinista, la llegada del simio riojano, el nacimiento del rock trapo y los horarios me alejaron de esas noches doradas que, vistas de hoy, son increíbles, de cuento. Pero con Omar quedó el vínculo en los años. Una vez, allá por mediados de los 90 me lo encontré en un cine. El estaba vestido de rojo y coincidimos en una película que no importó. Nos fuimos a la mitad a charlar y luego a un museo. Casi de madrugada terminamos despidiéndonos. Era cualquier hora. Tiempo después nos encontramos en un restaurante chino llamado "Todos Contentos"<br />
De esos años, recuerdo especialmente un espectáculo que protagonizaba "Geniol" -ese que canta con Luca "La rubia tarada"- que se llamó "Tito, el tonto"("El nene quiere ser artista, AR-TIS-TA") cuyo protagonista Héctor Rosa hacía una actuación memorable junto a su pequeño hijo. La gacetilla de "Tito.." llegó a salir, recuerdo, en el programa que hacían Dorio y Caparrós, que se llamaba "El monitor argentino"<br />
Hoy quedé vencido al escuchar el fallo que condenó a Omar a 20 años por la tragedia de Cromañón. Me sorprendió que los del grupo Callejeros, tan cercanos a Bergoglio, hayan sido absueltos y que su manager también haya sido condenado. La justicia vuelve a decepcionarnos.<br />
En el juicio estaba ausente el objeto (las bengalas y su tirador o tiradores). La funcionaria procesada apenas ligó 2 años. La figura que se le endilga a Chabán es "incendio doloso". De nada importó el video que muestra a Chabán tratando de evitar lo que luego fue inevitable.<br />
Tampoco los familiares de esos chicos que murieron están satisfechos con ese fallo. Algunos de ellos, tomaron caminos cercanos a la mano propia, agredieron a Estela de Carlotto a huevazo limpio y tomaron un peligroso protagonismo. Otros no, otros llevaron su dolor y su duelo a cuestas, huyeron de las cámaras de televisión y no pidieron nunca el "ojo por ojo". También la justicia los defraudó.<br />
"Si se me permite el momento de incorrección política, diría que quiero darle un instante de solidaridad a Omar Chabán porqué siempre fue un empresario- compañero peculiar desde el Café Einstein donde todos empezamos. No estudié leyes ni tomo decisiones sobre las responsabilidades de cada uno, pero me parece un poco heavy que Chabán esté aguantando la prisión como único responsable" (Andrés Calamaro, al diario La Nación. cuando Chabán estaba detenido)<br />
La condena de Chabán estuvo mucho antes. Quiero decir, no había posibilidad que zafe. Paga por la imprudencia y la irresponsabilidad asesina de quien o quienes prendieron las bengalas, paga porque nadie se animó a decir quien comenzó el asunto, en un país de buchones nadie vio nada, nadie trajo ni vieron como entraron al lugar esas bengalas, paga por esos y por los que le habilitaron el local, por los inspectores y la policía, porque el sistema precisa de un culpable que pague. Ese hombre alto que apareció en los medios, ese hombre que ya no puede ir por la calle, ese hombre que no digo que sea inocente pero que no es el culpable exclusivo de esas muertes, es Omar Chabán, un amigo. Un amigo de otros tiempos.</div>
<div style="margin: 0px; outline: none; padding: 0px;">
Más horror es la sensación que deja la justicia. Esa que no comprendió nada. Leguleyos solemnes repletos de filosofía y sofistas. Las causas culturales nos permiten ver sus consecuencias. Hay bengalas en los estadios y no importa que sean abiertos, hay lugares donde entra más gente que la que corresponde, hay una cultura de la destrucción que ha triunfado porqué no hay justicia ni para los vivos ni para los muertos. No hay reinserción para los condenados que cumplen y no hay piedad para los que se equivocaron. </div>
<div style="margin: 0px; outline: none; padding: 0px;">
Nadie entonces, puede celebrar la nada. He hablado con amigos que no pueden comprender el fallo. Nadie, supongo, con dos dedos de algo, puede entender como los de Callejeros zafaron y zafarán de todo. Hasta hace un tiempo, hablar de Chabán preso y argumentar algo en su favor era un riesgo. Es cierto que murieron 194 pibes y que sus familiares quedaron destrozados pero insisto no fue Chabán quien prendió las bengalas. Es casi de noche, hace frio. Imagino que para muchos no es una noticia más. Para los padres de esos chicos seguirá el desconsuelo, la falta de justicia. Para Omar, un camino incierto, una condena que no es de esta justicia, un futuro que parece mala palabra en su día a día. Para los de Callejeros, la cara impávida de Fontanet al escuchar el fallo. Para el resto, esta justicia, lenta, cobarde,inculta y absurda. Síntomas de un estado de las cosas que se parece demasiado a las cosas del estado.<br />
<br /></div>
</div>
<div class="article-footer" style="background-color: white; clear: both; font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: center;">
<div class="publish-info" style="color: grey; margin: 0px; outline: none; padding: 5px 0px;">
Publicado <abbr class="time published" itemprop="datePublished" style="border: none; color: #333333; margin: 0px; outline: none; padding: 0px;" title="2009-08-19T22:32:00.003Z">19th August 2009</abbr> por <a class="url fn" href="https://plus.google.com/112718015476005543161" itemprop="author" rel="author" style="-webkit-transition: color 0.3s; color: #009eb8; outline: none; text-decoration: none; transition: color 0.3s;">Luciano di V</a>ito</div>
</div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-2490432663076471612014-06-22T18:32:00.000-03:002014-06-22T18:33:47.164-03:00Carta de Beto<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw-ffgfXxkbx-n5Rh6AOWmVP1fGwJYr58jnhTbEMfTGvc-54cAgdGIzsz84UkvczMHbG0RirYANS_nkcL8Hmm9Dh8jqm9R3CeXtIAJc-6MOkpNQCIorwHWye0TZ51y1-a5VxYuNYsxMMOT/s1600/argentina-iran.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw-ffgfXxkbx-n5Rh6AOWmVP1fGwJYr58jnhTbEMfTGvc-54cAgdGIzsz84UkvczMHbG0RirYANS_nkcL8Hmm9Dh8jqm9R3CeXtIAJc-6MOkpNQCIorwHWye0TZ51y1-a5VxYuNYsxMMOT/s1600/argentina-iran.JPG" height="472" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
Querido amigo: Me demoré en escribirte porqué tuve más quilombos que alegrías. No fue la kombi ni la guita sino la existencia misma de mis cosas. Manejé muchas horas sin problemas, salvo una recalentada del motor apenas crucé la frontera. No se de que nos quejamos: está lleno de argentinos regateando guita y precios. Muchos van a la reventa como yo y la verdad, tengo que decirte que conseguí enseguida para el primero de los partidos. Rio, es como aquella canción: la capital argentina.<br />
Allí conocí a una mulata divina que terminó obviamente en el fondo de la camioneta entre arrumacos, Neymar y Messi. Empatamos porque la mulata tenía un novio en Sao Paulo pero aún así me dio su número. De la selección mucho no voy a decirte. Horrible salvo Messi contra esos sobrevivientes de Bosnia.<br />
Como porquerías todo el tiempo. Conseguí una credencial trucha y entré al IVC y junto a unos gallegos que estaban más tristes que los hinchas de Racing vi el espantoso partido con Irán. Creo que tenemos una divisional B extraordinaria. Lo putee a Sabella que parecía no inmutarse ante la inusual entrega de esos terroristas. Los nuestros, los habrás visto, pensaron que iban a ganar 11 a 0 pero si Messi no metía ese tiro creo que hubiese sido necesario mandarlos un mes a Teherán a ganarse la vida. Esta semana prometo desarrollar más. Te dejo la foto de aquel equipazo que le empató a Irán en el mítico Bernabeu. Creo que a los rivales los fusilaron después.<br />
un abrazo grande y que Messi siga frotando la lámpara contra las mangueras nigerianas.<br />
Beto<br />
<br />Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-72751611289983408172014-06-09T15:13:00.003-03:002014-06-09T15:25:28.383-03:00Lembrancas do futuro.( Primeras crónicas mundialistas)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrbI8n8_f8L3LaCPdmFU9Wv4aNYJnLmzLs1dLhSlU-2YIPturVQhUks-l_Kc04nK88AhOXnTpA2wnDQzhwkqPTNTjJ_u4i5QD3_PgOJaT_Nvix1aSSWB5_MOfm8eTB8-Rvr2YtmHrjKut_/s1600/800px-VW_T1plus8.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrbI8n8_f8L3LaCPdmFU9Wv4aNYJnLmzLs1dLhSlU-2YIPturVQhUks-l_Kc04nK88AhOXnTpA2wnDQzhwkqPTNTjJ_u4i5QD3_PgOJaT_Nvix1aSSWB5_MOfm8eTB8-Rvr2YtmHrjKut_/s1600/800px-VW_T1plus8.jpg" height="387" width="640" /></a></div>
Mi amigo Beto aún se acuerda del lío que armamos con Jack Samu en el mundial 2006 con las crónicas apócrifas sobre el mundial.Aquella vez, desde su blog y este también, le hicimos creer a la gente que nos leía que estábamos en Alemania en hoteles de mala muerte y colándonos en trenes para ver a la selección hasta ese penal que le atajaron al Cuchu Cambiasso. papelito del arquero mediante. Salimos en el diario recuerdo.<br />
Beto acaba de separarse por quinta vez y tiene ganas de aventuras. Hace poco por esas cosas del destino, pegó unos cuantos mangos en la quiniela y para escaparle a la inflación quiere quemarlos antes que valgan nada.<br />
"Vamos al mundial,dale, es nuestra oportunidad" me dice como si fuésemos a escaparnos a la costa un fin de semana. Lo miro como siempre, como si estuviese loco pero el tipo sigue. "Nos vamos en auto a Porto Alegre, buscamos un sucucho donde parar y vamos a la reventa, es cuestión de mirar". Es en ese momento que Beto saca un mapa como en las épocas en que íbamos a la escuela. Un mapa número 3, político.<br />
Me cuenta que lo compró en la vieja Librería Ayala de la otra cuadra del Tolón, dónde transcurre nuestro encuentro.Es lunes,y el mundial toca nuestras puertas, al carajo las cuentas regresivas.<br />
"Agarramos la ruta, Entre Ríos, subimos y llegamos en un toque, Paso de los libres, Uruguayana, Brasil, Porto Alegre.Listo el Pollo. Pensá Tano, que el próximo mundial va a ser en Rusia. Nos queda un poco lejos".<br />
El flashback me atrapa. En la década del 80 hacía ese viaje con mis viejos pero la ruta seguía hasta Camboriú. Eran dos días de viaje. Me acuerdo más de Porto Alegre que de ese Balneario de mierda, le cuento. Y de Blumenau. Fue hace mucho, digo para volver al presente.<br />
"Claro, tonto, si ese era plan que teníamos por si nos tocaba la colimba ¿Te acordás? Nos íbamos a fugar sinos tocaba ese puto servicio a la patria. Teníamos todo planeado, nos íbamos al departamento ese, en tren, en auto a dedo, lo que sea que nos llevase hasta allá . Que gloria si lo hubiésemos hecho. Fue en el 86, que año! Argenina y River campeones del mundo, que lo parió! Al final zafamos por número bajo del servicio militar y no nos fugamos nada.<br />
Si, le respondo con nostalgia, me acuerdo que después quise ver si podía ir a Japón pero era un kilombo. <br />
"Dos dólares, un real, ya averigué, quedáte piola que tengo unos mangos", me explica mientras dibuja en el mapa. A mi el asunto se me complica, Beto, le digo. Ya no tenemos 20 años, dejáte de joder, ¿Qué te crees que estamos en una publicidad de cerveza Quilmes?<br />
No parece escucharme. De todos modos se que hará el viaje aunque no lo acompañe, necescita escaparse, encontrar algo porqué irse. Beto comienza a marcar el mapa, con el teléfono busca hoteles pequeños que no figuran en google ni a palos.De golpe, como si hubiese tenido una semi epifanía le digo que sería mejor que cambie ese Gol 94 por una camioneta con una cama adentro por lo menos. Mientras marcaba el mapa con una bic roja, levantó la mirada como si hubiese dicho la fórmula de la coca cola de corrido.<br />
"Gran idea, me dice, me ahorro los hoteles"<br />
Hagamos algo le propongo: si te vas para Brasil te publico las notas en el blog y me vas contando.<br />
Una combi, sería ideal, me responde. Si me manca allá saben de eso. Inmediatamente deja el mapa de lado y se pone a buscar una de esas y dar su viejo cacharro en parte de pago.<br />
"Si me sale todo bien, llego para el partido de Argentina"<br />
Pago los dos café. Hace años que se que Beto está loco y es por esa misma razón que este blog vuelve a funcionar y contará sus aventuras en "Tierras enemigas" como dijo Mascherano, desde ahora Beto será nuestro enviado especial.<br />
"Pronto tendrás noticias me amenaza. Hasta la victoria siempre como dijo Maravilla Martinez", se despide mientras cruza la puerta del Tolón con destino a Brasil.<br />
<br />Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-88786639271918148772013-11-28T17:51:00.001-03:002013-11-28T17:55:37.006-03:00Otro bar notable asesinado. Será un pizzería.<a href="http://fdomedia.files.wordpress.com/2013/11/36billares4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Los 36 Billares" border="0" class="aligncenter" height="324" src="http://fdomedia.files.wordpress.com/2013/11/36billares4.jpg" title="Los 36 Billares" width="400" /></a><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Algunos de los empleados dicen que ya se vendió. Otros que esperan
que se confirme. Lo cierto es que a fin de año el mitico bar Los 36
Billares cambia de dueños y<b> cierra para reconvertirse en una pizzería.</b> En pie en la Avenida de Mayo desde hace 119 años,<b>integra la lista de Bares Notables de la ciudad de Buenos Aires<span style="color: teal;"><a href="http://www.54bares.com.ar/todos-los-bares/" rel="nofollow" target="_blank"><span style="color: teal;"><br /></span></a></span></b></span></span></b><br />
<b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></b><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">La cadena La Continental es la apuntada por todos como la futura dueña del local. <b>Las
obras comenzarían en enero y se producirían cambios en el interior,
donde hoy entran 160 personas sentadas en la planta baja.</b> También está latente la posibilidad de cambiar de nombre.</span></span></b><br />
<b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></b><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Si bien Los 36 Billares esta dentro de los Bares Notables de la
Ciudad, esto no lo resguarda de ningún cambio de rubro. Igualmente, <b>sí el edificio está protegido porque se encuentra dentro del Área de Protección Histórica 1</b> y según las leyes vigentes, un inmueble de esta categoría <b>solo puede ser modificado parcial o totalmente con permiso del Ejecutivo porteño.</b></span></span></b><br />
<b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">
</span></span></b><b><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Los empleados del famoso bar, sufren de incertidumbre porque no saben qué pasará con ellos si se cambia el rubro. <b>La mayoría de ellos trabajan ahí hace más de 20 años y temen por su futuro laboral.</b></span></span></b><br />
<br />
Otro de los sectores que está en duda, <b>es el subsuelo donde todavía funcionan las mesas de billar que le dan nombre al bar fundado en 1894</b>. Si bien hay amigos que van a jugar hace años de forma religiosa, parece que <b>dejaría de existir con el cambio de dueños.</b><br />
Pero esto no es todo: <b>lo mozos dicen que tampoco seguirían los recitales en vivo.</b>Recientemente hubo una reforma que renovó los equipos de sonidos y de iluminación, pero esto no impedirá que <b>el
escenario por donde pasaron grande músicos sea removido para ser
adaptado en un lugar donde se venderán pizzas y otras minutas.</b><br />
<span style="color: black;"><i><b><a href="http://www.infobae.com/2013/11/28/1527022-cierra-el-bar-los-36-billares-se-convertira-una-pizzeria" rel="nofollow" target="_blank"><span style="color: black;"><br /></span></a></b></i></span>
<span style="color: black;"><i><b><a href="http://www.infobae.com/2013/11/28/1527022-cierra-el-bar-los-36-billares-se-convertira-una-pizzeria" rel="nofollow" target="_blank"><span style="color: black;">Infobae + Fondo de olla.</span></a></b></i></span><br />
<span style="color: black;"><i><b><a href="http://www.infobae.com/2013/11/28/1527022-cierra-el-bar-los-36-billares-se-convertira-una-pizzeria" rel="nofollow" target="_blank"><span style="color: black;"><br /></span></a></b></i></span>Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-78250815872538307862013-11-20T17:38:00.005-03:002013-11-20T17:38:39.174-03:00Cerró la London City, allí paraba Cortázar.<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Cerró sus puertas en agosto y desde entonces muy poco se sabe sobre
el futuro de la cafetería London City, un clásico del centro porteño, en
la esquina de Avenida de Mayo y Perú. Este tradicional café integra la
lista de bares notables de la ciudad y es recordado porque el escritor
Julio Cortázar eligió algunas de sus mesas en la década del 60 para
escribir su novela Los Premios. Incluso el café aparece mencionado
como el London en algunos de los párrafos del libro.
</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Durante varios meses, el local se
mantuvo cerrado con sus vidrieras pintadas de color blanco y sin
movimientos o presencia de albañiles que revelaran algún tipo de trabajo
de remodelación. Pero esta semana el local apareció con un cartel y un
número de obra y un vallado desde donde se puede observar su interior
completamente desmantelado, sin ningún vestigio ni siquiera los
revestimientos del clásico salón. Incluso fueron retiradas las
aberturas exteriores. En ese espacio, durante muchos años se conservó
intacta una de las mesas cercanas a la ventana donde se sentaba
Cortázar.
</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">La ubicación de este café porteño es
clave. Frente a la salida del subte, a pocos metros de la sede del
Gobierno porteño, de la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, de la
Legislatura de la ciudad y del comienzo de la calle Florida. Lo que la
convierte en una esquina más que cotizada. El local forma parte del
edificio donde alguna vez funcionó la famosa tienda Gath & Chavez.
Hoy, parte de este inmueble que no incluye el local de la planta baja
pertenece a la compañía IRSA que alquila sus oficinas al Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires.
</span></span><br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Julio Cortázar, en Los premios. (1960)</span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6_DEa1wBzJR8Kl2f82VpMcAlGM6JMafyIE3wO7U6B3vjANPKDGrdYI_gkSmd2A3UFYJVUXBlXMLK-eyPRuSq0cGOhmgUkRn1MQfLwv6REVVgO-wfmKBoLmG1bza8TC-ltpOpjVwYSFAeg/s1600/SuperStock_1566-384499.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6_DEa1wBzJR8Kl2f82VpMcAlGM6JMafyIE3wO7U6B3vjANPKDGrdYI_gkSmd2A3UFYJVUXBlXMLK-eyPRuSq0cGOhmgUkRn1MQfLwv6REVVgO-wfmKBoLmG1bza8TC-ltpOpjVwYSFAeg/s400/SuperStock_1566-384499.jpg" width="400" /></a><span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="322.46679819825994" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="font-family: sans-serif; font-size: 13.28px; left: 96.0007px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02046, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">«La marquesa salió a las cinco —pensó Carlos López</span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="209.12450376894017" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 418.56px; top: 309.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.03017, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">—. ¿Dónde diablos he leído eso?» </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="26.72470683109752" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 95.9998px; top: 355.68px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.06899, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Era en el Londonde Perú y Avenida; eran las cinco y diez. ¿La marquesa salió a las cinco? Lópezmovió la cabeza para desechar el recuerdo incompleto, y probó su Quilmes Cristal. No estaba bastante fría. </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="303.36452244825824" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 420.32px; top: 401.76px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.00452, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> —Cuando a uno lo sacan de sus hábitos es como el pescado fuera del agua —dijo el doctor Restelli,mirando su vaso—. Estoy muy acostumbrado al mate dulce de las cuatro, sabe. Fíjese en esa dama que sale del subte, no sé si la alcanzará a ver, hay tantos transeúntes. Ahí va, me refiero a la rubia. </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="136.48464450431266" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 401.919px; top: 416.96px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.0262, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">¿Encontraremos viajeras tan rubias y livianas en nuestro amable crucero? </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="198.56456082177257" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 428.799px; top: 432.32px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.01828, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> —Dudoso —dijo López—. Las mujeres más lindas viajan siempre en otro barco, es fatal. </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="325.92435118463305" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 95.9998px; top: 447.68px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(0.996711, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> —Ah, juventud escéptica —dijo el doctor Restelli—.</span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="178.72464014639274" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 427.2px; top: 493.6px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02128, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> Yo he pasado la edad de las locuras, aunque naturalmente sé tirarme una cana al aire de cuando en cuando. </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="178.72464014639274" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 427.2px; top: 493.6px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02128, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">Sin embargo, conservo todo mi optimismo, y así como en mi equipaje he acondicionado tres botellas de grapa catamarqueña, del mismo modo estoy casi seguro de que gozaremos de la compañía de hermosas muchachas. </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="176.48462222249333" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 400.479px; top: 555.04px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.02607, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> —Ya veremos, si es que viajamos —dijo López—. Hablando de mujeres, ahí entra una digna de que usted gire la cabeza unos setenta grados del lado de Florida. Así... stop. La que habla con el tipo de pelo suelto. Tienen todo el aire de los que se van a embarcar con nosotros, aunque maldito si sé cuál es el aire de los que se van a embarcar con nosotros. Si nos tomáramos otra cerveza. </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="32.16471377655493" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 691.52px; top: 570.4px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.00515, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> El doctor Restelli aprobó, apreciativo. López se dijo que con el cuello duro y la corbata de seda azul con </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="205.28464427005218" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 431.839px; top: 647.04px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.03158, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">pintas moradas le recordaba extraordinariamente a una tortuga. Usaba unos quevedos que comprometían la disciplina en el colegio nacional donde enseñaba historia argentina (y López castellano), favoreciendo con su presencia y su docencia diversos apodos que iban desde «Gato negro» hasta «Galerita». «¿Y a mí qué apodos me habrán puesto?», pensó López hipócritamente; estaba seguro de que los muchachos se conformaban con López-el-de-la-guía o algo por el estilo. </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="304.00448488455294" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 419.68px; top: 662.4px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.03756, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;"> —Hermosa criatura —opinó el doctor Restelli—. No estaría nada mal que se sumara al crucero. Será la </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="11.044708963823622" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 712.639px; top: 677.6px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.00406, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">perspectiva del aire salado y las noches en los trópicos, pero debo confesar que me siento notablemente </span></span></div>
<div data-angle="0" data-canvas-width="238.5644059960433" data-font-name="Helvetica" dir="ltr" style="left: 95.9998px; top: 692.96px; transform-origin: 0% 0% 0px; transform: rotate(0deg) scale(1.0066, 1);">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">estimulado. A su salud, colega y amigo. </span></span></div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-55271337485840282092013-11-04T14:05:00.001-03:002013-11-04T14:05:45.094-03:00Pequeños robos ridículos
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0qPpwlpHFHG53inXOfvFkjmTbXf052kllwGwOYcUz8DH-QUxU7G-K0pdHNt_Bw3RgfGVnm9DoC2X_1XPHjuvq854LpDR9JFNkM-U3pbYr5XrjKZuQQiTCdp6p4NaEeIXbHjyqYna03NQ/s1600/lpn1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0qPpwlpHFHG53inXOfvFkjmTbXf052kllwGwOYcUz8DH-QUxU7G-K0pdHNt_Bw3RgfGVnm9DoC2X_1XPHjuvq854LpDR9JFNkM-U3pbYr5XrjKZuQQiTCdp6p4NaEeIXbHjyqYna03NQ/s320/lpn1.jpg" width="320" /></a></b></span></div>
<br />
<div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Es
hora de confesarlo: me encanta robar cosas pequeñas. No sé bien
porqué lo hago. Es un placer intenso y breve y aunque estas palabras
suenen como la publicidad de un café instantáneo, son exactamente
así. Mi debilidad son las librerías comerciales y la amplia gama de
lápices negros. El lápiz negro es uno de los mejores inventos de la
humanidad en tiempos viejos. Ha sido el pionero de la escritura y el
abuelo de los objetos de arte que luego se desarrollaron como las
lapiceras, por ejemplo. </span></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Cada
lápiz negro que me robé ha sido un homenaje al tipo que se le
ocurrió inventarlo tal vez de casualidad. Siempre pienso que fue un
chino. Los chinos tienen un fabuloso y raro ingenio. Cada vez que lo
pienso me digo que los chinos no han podido inventarlo todo y cambio
al chino por un alemán, porqué se sabe que los alemanes también
inventan cosas como las salchichas con chucrut o el BMW y entonces
pienso que ellos no fueron porqué sino estarían vanagloriándose a
cada rato de su invención, sopapeando al mundo con sus caras de
alemanes diciéndonos que han sido ellos. Después imagino que han
sido los árabes porqué ellos estaban antes que el mundo existiese y
como las mujeres se tapaban las caras frente a los hombres, uno de
ellos tuvo la idea de dibujarlas y ahí mismo inventó el lápiz
negro.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Tengo,
fácil, una cincuentena de lápices negros adentro de una lata de
dulce de leche devenida en un simpático portalápices. Los robados
van ahí. Nadie lo sabe porqué acabo de contarlo. Claro que también
tengo algunos sacapuntas pero vaya a saber porqué los compro, cuando
también podría robarlos, y si son los Maped el cuento me suena
completo. Sacarle punta a un lápiz con un Maped además de ser un
arte y una escena maravillosa debe ser como manejar una Ferrari
último modelo por una ruta vacía, estrenar el mejor colchón del
mundo o beber una copa de un vino exclusivo.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">También
robé llaveros, golosinas y menudencias de los kioscos de los que sé
no volveré a pisar. Tengo que decirlo antes que sea tarde, en mi
barrio, donde vivo, sobre la avenida Coronel Díaz, el kiosquero y el
diarero son mis aliados, amigos y a ellos jamás les robaría nada.
Soy un ladrón pequeño, un idiota si me pongo a pensar seriamente
pero robar cosas pequeñas es irresistible, es más fuerte que yo.
Por supuesto que en otras épocas, robé libros de las librerías de
calle Corrientes o casetes de disquerías en oferta, pilas comunes,
caramelos de menta, monedas viejas en ferias de anticuarios,
muñequitos, bolitas multicolores, souvenires de Coca Cola de esos
que al darlos vuelta cae como nieve adentro de una esfera, postales
de una oficina de correo y adornos pedorros de alguna de decoración
a donde entré con alguna chica alguna vez. </span></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">En
una época conocí personas que se traían las cucharitas y los otros
cubiertos que te daban en el avión. Te servían un café, por
ejemplo, y ahí estaba la cucharita de Alitalia para revolver.
Incluso te lo contaban como aquellos compatriotas que se traían las
toallas de los hoteles a dónde se hospedaban. No puedo condenarlos
por haberse robado una toalla, porqué si algo une al ladrón de
estupideces es que encuentra un motivo válido para llevar a cabo la
acción. Quiero decir que a ellos les parecerá totalmente ridículo
lo que robé como a mí lo de ellos. Ellos no robarían jamás un
lápiz negro y a mí no se ocurriría traerme una toalla de un hotel.
</span></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">En
los voraces finales de los 80, comienzos de los 90, había un tipo
que tenía un Citroen 3 CV impecable, verde, que estacionaba justo en
la puerta del lugar donde trabajaba en la calle Lavalle casi Junín
El auto tenía un techo negro que en verano podía enrollarse como si
fuese un descapotable. La verdad que lo tenía fantástico y muy bien
cuidado. Hasta que una tarde lo encontré llorando al lado de su
auto. Unos chorros, de los desalmados verdaderamente, le habían
robado el autostereo abriéndole el techo de lona seguramente con una
navaja o con un cuchillo. El tipo estaba realmente compungido y uno
no sabía que decirle hasta que él sólito me dijo: Es como robarle
a un mochilero, dejáte de joder, que hijos de puta. Esa clase de
sujetos no tienen perdón ni siquiera el que dicen que conmuta cuando
los roba otro ladrón.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Fue
mi viejo quien me descubrió una vez haciendo cagadas. Fue en Brasil,
en Camboriú, en un departamento de un ambiente que se le había
ocurrido comprar. El edificio era una pajarera gigante, un hospital
peronista de los 50 sin enfermos y en la planta baja los habitantes
estacionaban sus autos. Estaba tan al pedo que se me ocurrió hacerme
una pared de corcho y llenarla con las insignias que llevan los autos
tanto en la parrilla como cerca del baúl. Era un trabajo sencillo
pero cuidadoso y en partes, es decir de a uno por vez para no
levantar ni la perdiz ni la sospecha. La pared de mi cuarto en Buenos
Aires, soñaba, iba a quedar perfecta. Pero siempre algo falla cuando
tenés 16 años. Por boludo realmente. Resultó que el departamento
brasileño era de un ambiente y allí teníamos que entrar mi vieja,
mi viejo, mi hermano y este ladrón. Podrán imaginar que muchos
lugares no había para guardar cosas y mucho menos el producto de un
afano. En una bolsa de papel madera fui guardando las insignias de
los Chevrolet Monza, los Wolskvagen Passat, de los Peugeot, de los
Fiat y algunas más como una preciada de BMW, preciosa realmente.
Habré juntado unas veinte más o menos hasta que una noche en el
departamento mi viejo encontró la bolsa y yo creí que la patada en
el orto que iba a pegarme me iba a dejar boca abajo en Paso de los
libres, pero no. La abrió, elogió mi pulcritud para afanarlas y
hasta se me hizo el cómplice y me preguntó que pensaba hacer con
ese material. Entré como un pelotudo y le conté pensando que estaba
de mi lado y al no ver que se levantaba para fajarme, años después
entendí que no había lugar, no me clavó la mirada me estaqueó y
me ordenó que las devolviese. Así como las sacaste con tanto
cuidado, las vas a poner de nuevo sin que nadie se entere. Me cagó
bien realmente y así fue como me convertí al cristianismo práctico.
Duró lo que tardé en reponer esas insignias que, incluían, la de
nuestro auto de aquel momento un Gacel modelo 85, color marrón que
cruzó la Mesopotamia vernácula varias veces en esos absurdos
veraneos en los que hacíamos 1.200 kilómetros para meternos en un
departamento de un ambiente en una ciudad que no tenía muchas cosas
más que argentinos que se creían unos piolas bárbaros por ir a
allí. Si Buzios es groso, Camboriú en el 82 era el Mar del Tuyú de
los brasileños, una verdadera porquería. </span></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Allí
debuté con una chica seis años mayor. Se llamaba Jovanna y era de
Florianópolis. Yo tenía catorce, tal vez quince y luego de una
fiesta me llevó a la casa donde paraba con unas amigas. Fue lo
mejor de aquel verano .Lejos.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><div style="line-height: 200%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-74731897294162239022013-10-29T18:03:00.001-03:002013-10-29T18:03:27.888-03:00Papeles viejos con nuevas ideas<div class="_5k3v _5k3w clearfix">
<div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizboPOyA2kNH1iavUAil_AcvQMyDs_qLc3oS77wvKFh-JvX0eIb15IhgYY2txwab2B1MBLrgu8WOJgyd3zTf_kcI1h6-YudCzpILeiMLT5vm3wXd-eGRisD7GI7NveyjNv0cbyJ89ArUuo/s1600/portada-gracias-por-el-fuego_grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizboPOyA2kNH1iavUAil_AcvQMyDs_qLc3oS77wvKFh-JvX0eIb15IhgYY2txwab2B1MBLrgu8WOJgyd3zTf_kcI1h6-YudCzpILeiMLT5vm3wXd-eGRisD7GI7NveyjNv0cbyJ89ArUuo/s320/portada-gracias-por-el-fuego_grande.jpg" width="223" /></a></div>
Yo creo que la única
transformación eficaz vendrá por la educación política, y ésta requiere
su tiempo. Vos en cambio creés que el cambio será repentino, que
madurará de golpe, qué sé yo. Recuerdo claramente que antes de los
veinte años todo parece urgente, y es cierto, es urgente. Pero el
reconocimiento de que una necesidad sea perentoria, no siempre significa
que la solución sea inminente. Ojalá tengan razón, vos y tus amigos,
pero para mí sólo existen dos vías para adquirir conciencia política:
una es el hambre y el despojo, la otra es la educación. Nosotros no
hemos sufrido hambre ni despojo, por lo menos no lo hemos sufrido como
otros pueblos de África o de América, y por otro lado no hemos sido
convenientemente educados. De allí que nos importe tan poco la verdadera
transformación política y en cambio nos importe tanto el fenómeno
político bastardo, adulterado. Cuando te digo esto, pienso en la chata
ambición burocrática, en la red de clubes, en el gran Nirvana de los
jubilados, en la corrupción al menudeo. Ustedes hacen sus planes sobre
la base de un pueblo que previamente idealizan, pero ese mismo pueblo no
ha dado aún el visto bueno a la idealización que ustedes han decretado.
Y conste que esto que te estoy diciendo no va contra el pueblo ni
contra ustedes. Ustedes son macanudos y tienen las mejores intenciones,
lo reconozco, pero meten la pata cuando sólo tienen en cuenta esquemas
económicos, por añadidura ajenos, y se olvidan de la realidad básica; el
pueblo también es macanudo, hay en él una excelente materia prima, pero
antes de que esta materia prima sea utilizable, es imprescindible
educarlo. Aquí todos saben escribir, pero no saben pensar políticamente
si no es en términos de empleos públicos o de jubilaciones. Hay cosas
que se arreglan con slogans, pero otras no. Si hacés una encuesta sobre
reforma agraria, por ejemplo, te vas a encontrar con que sus más
entusiastas defensores son los profesionales, los intelectuales, los
estudiantes. Siempre clase media para arriba, la mayoría de ellos con
algún pisito horizontal en su activo inmovilizado. Pero te invito a que
recorras el campo, y si encontrás un paisano, joven o viejo, que no se
asuste cuando le mencionás la reforma agraria, o que no rechace sincera y
tajantemente esa posibilidad, habrá que condecorarte o, mucho más
sencillo, no creerte. Convencete de que, ahora al menos, nuestro peón de
estancia no tiene sentido de la tierra, le gusta sentirse nómada.Ése es
su precario y aventurero concepto de libertad, saber que hoy puede
hacer una doma aquí, mañana una esquila allá, saber que no está atado a
nada, o por lo menos creer que no lo está; un sentido heredado del
gaucho, según dicen los enterados. Así que, antes de hacerles un chiripá
con la bandera de la reforma agraria, habría que inculcarles el sentido
de la tierra, y pensá también esto: si no lo tienen, ¿será tan
importante inculcárselos? ¿No habrá otros medios de hacer justicia
social, claro que acabando con la plaga del latifundio? ¿No habrá otras
variantes que se adapten mejor a nuestro temperamento y, por qué no, a
nuestras inhibiciones? Mientras ustedes copien al carbónico las
lecciones de Bolivia, de Cuba o de Ghana, mientras ustedes miren a
nuestro peón de estancia decretando previamente sus equivalencias con un
guajiro cubano o un minero de Oruro, la cosa no va a marchar. Me dirás
que mañana o pasado puede ocurrir algo en Brasil o Argentina, algo que
sea tremendo y arrollador, y que ese algo nos incluya de golpe en una
ola más o menos revolucionaria. Puede ser, pero la madurez no se
adquiere por decreto. Si estallamos, no por propia convicción, sino pura
y exclusiva- mente porque estallan nuestros vecinos y el fuego se pro-
paga, lo más probable es que las llamas recibidas no nos sirvan de nada,
como no sea para destruirnos. Mientras no fabriquemos nuestra propia
mecha y nuestra propia pólvora, mientras no adquiramos una conciencia
visceral de la necesidad de nuestra propia explosión, de nuestro propio
fuego, nada será hondo, verdadero, legítimo, todo será una simple
cáscara, como ahora es cascarita, sólo cascarita, nuestra tan voceada
democracia.Y si nuestros primates, incluido tu abuelo, pueden decir
impunemente que tienen las manos limpias, ello sólo se debe a que
nuestro concepto de la higiene política deja mucho que desear. Y ahora
bajate, porque aquí no puedo estacionar el coche.<br />
<br />
<br />
Gracias por el fuego (1965)</div>
</div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-90363298280242770752013-09-17T14:09:00.001-03:002013-09-17T14:09:28.898-03:00El loco Oliva<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMC2-kErT1TEg79qCMOJT082pFQ1IYtWgV4H_I2a3yQUh3aQmG9KNGQZopddYovU5ei9Y2WuIYdCgjd6rrVR0GMQN6M3CzGShxTGlrlLbkPGYtsTFD2jU95n3rhZQ4dGmJUFZqWG8iBquB/s1600/thumb.php.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="201" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMC2-kErT1TEg79qCMOJT082pFQ1IYtWgV4H_I2a3yQUh3aQmG9KNGQZopddYovU5ei9Y2WuIYdCgjd6rrVR0GMQN6M3CzGShxTGlrlLbkPGYtsTFD2jU95n3rhZQ4dGmJUFZqWG8iBquB/s400/thumb.php.png" width="400" /></a></span></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">"Tan
grave fue la lesión que me obligó a un trabajo de recuperación
tremendo. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Lo
hice con un genio, el doctor Rubén Darío Oliva, y en Buenos Aires,
donde yo quería estar. </span>
</div>
<div dir="LTR" id="pageContainer43">
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Al
Loco Oliva —así lo llamo yo, con respeto, y él lo sabe— lo
tenía en la mesita de luz. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Para
mí, no hay un médico en el mundo que sepa más que él de medicina
deportiva. Por </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">supuesto,
si lo había llamado setenta veces porcualquier contractura, mucho
más lo necesitaba en ese momento, fracturado. El vivía en Milano.
Todavía vive allí. Cada vez que yo le pegaba un telefonazo, él se
tomaba un avión y una hora y media después aterrizaba en
Barcelona. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">A
veces, viajaba a la noche, dormía en España, me atendía a la
mañana y salía a </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">los
piques para Italia, para llegar a atender a sus pacientes. Si él
habría llegado enseguida, después del partido, a mí no me
operaban, no, señor... No, porque él no lo hubiera permitido. A mí
me operaron dos horas después del partido, enseguida. Y el doctor
Oliva llegó a la madrugada. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Se
reunió con el doctor González Adrio y le preguntó cómo estaba
todo. Entonces, hicieron un trato entre ellos. Oliva le dijo: </span>
</div>
</div>
<div dir="LTR" id="pageContainer44">
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Si
dentro de quince días le hacemos una radiografía y se notan ya las
primeras sombras de la soldadura del hueso, el tratamiento de
recuperación lo sigo yo, con mi estilo. De lo contrario, lo
continúa usted. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Claro,
si seguía con el gallego, eran por lo menos seis meses de
inactividad. Pero Oliva le </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">hizo
trampa, no esperó quince días: a la semana, nomás, me sacó el
yeso, me hizo una </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">radiografía,
vio cómo estaba todo y me dijo: </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Pisa...</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">¿Qué?
Yo le digo Loco a usted, doctor, pero es un apodo, nomás... </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">¿Alguna
vez te fallé? Pisa, pisa suave.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Y
pisé, con un cagazo enorme, pero pisé. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Una
semana después, cuando teníamos la cita todos juntos para ver cómo
iba mi </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">evolución,
Oliva y yo casi lo matamos de un infarto a González Adrio. Yo
llegué </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">caminando
con muletas, con la pierna izquierda levantada... </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Por
acá, Diego, con cuidado, me dijo el tordo del Barcelona, y me
indicó unos escalones, por los que tenía que bajar para ir a
hacerme la radiografía. Entonces yo le dije: "Téngame,
doctor, por favor". </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<object width="320" height="266" class="BLOGGER-youtube-video" classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" codebase="http://download.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=6,0,40,0" data-thumbnail-src="http://img.youtube.com/vi/W_iICllrwCY/0.jpg"><param name="movie" value="http://youtube.googleapis.com/v/W_iICllrwCY&source=uds" /><param name="bgcolor" value="#FFFFFF" /><param name="allowFullScreen" value="true" /><embed width="320" height="266" src="http://youtube.googleapis.com/v/W_iICllrwCY&source=uds" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true"></embed></object></div>
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"> Le
di las muletas y bajé caminando, tranquilamente. A González Adrio
se le cayeron los anteojos. Después vieron todo y, claro, mi caso
quedó en manos de Oliva. Trabajamos un tiempito en Barcelona y
enseguida planteamos eso de viajar a Buenos Aires. Por supuesto, el
cabeza de termo de Núñez no quiso saber nada, pero a Cyterszpiller
se le ocurrió una gran idea. Le dijo al enano: </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Si
lo deja viajar a Diego a la Argentina, nosotros le prometemos que en
enero está </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">en
la cancha, para jugar. Si no cumplimos, no cobramos una peseta del
contrato hasta que vuelva.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Al
guacho de Núñez le brillaron los ojitos. Claro, él tenía la
palabra de los médicos del </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Barcelona:
por seis meses, mínimo, no iba a poder jugar. Se ahorraba unas
pesetas, o se las quedaba él, qué sé yo. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">La
cosa es que gracias a la sabiduría y las ideas del doctor Oliva—que
contradecían lo </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">que
proponía la mayoría de los médicos—, que me sacó el yeso a los
siete días de la </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">operación,
pude volver a una cancha a los 106 días: el 8 de enero de 1984,
bajo la lluvia, jugué contra el Sevilla. Ganamos 3 a 1, hice dos
goles, el segundo y el tercero. Cuando </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">estábamos
dos a cero, la gente empezó a pedire al Flaco que me sacara, para
aplaudirme. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">En
eso, el Sevilla se puso dos a uno, y se callaron todos. Hice el
tercero y empezaron otra </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">vez,
hasta que Menotti me sacó. El estadio se vino abajo, gritaban
todos, aplaudían. Más </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">que
el clásico </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">"¡Maradooó,
Maradooó!", </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">no
sé, era como un alarido: es una de las </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">ovaciones
que más recuerdo en mi carrera. ¡Nadie lo podía creer! </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">En
el partido siguiente, le hice dos goles al Osasuna, pero no
sirvieron para nada, </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">porque
ellos nos metieron cuatro. Enseguidaempatamos con el Mallorca y
llegó la </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">revancha
contra el Athletic, el 29 de enero: ganamos 2 a 1, hice los dos
goles yo... </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Empezamos
a pelearle la Liga al Real Madrid, cabeza a cabeza. Pero cuando
jugamos </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">contra
ellos, el 25 de febrero del '84, nos caímos: perdíamos uno a cero,
empaté yo y </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">faltando
cinco minutos, nos hicimos un gol en contra... Perdimos el
campeonato por eso, </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">terminamos
terceros. </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Yo
estaba intacto gracias a Oliva, que les había hecho entender a
todos que una de las </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">claves
de mi juego está en la movilidad de mis tobillos. Si me hacían una
recuperación </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">tradicional,
yo iba a perder esa posibilidad que tengo de girarlos, que es mayor
de lo </span>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">normal."</span>
</div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
del libro "Yo soy el Diego" Diego Maradona Realizado Por Daniel Arcucci y Ernesto Cherquis Bialo.</div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-45896504383725147522013-09-11T02:14:00.000-03:002013-09-11T02:14:28.629-03:00El gran secreto de su vida<br />
<h3 style="background-color: white; color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; font-size: 13px; font-weight: normal; line-height: 20px; margin: 25px 0px 0px; padding: 0px; text-align: left; text-transform: uppercase;">
</h3>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB5K7ui_rwFoshFBiP8HCYRM-UNVHsUuXcQW-0IMcW8GUAmluwONKSaCWio8Tjdl1iPGAuQ9FLVt-uE__uEtV1RXthd29sWY5vdVdy0hP2MNO3J4qimOUn6fl4Pk3c8eedkq0z5kCC0XNp/s1600/hernan_casciari.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB5K7ui_rwFoshFBiP8HCYRM-UNVHsUuXcQW-0IMcW8GUAmluwONKSaCWio8Tjdl1iPGAuQ9FLVt-uE__uEtV1RXthd29sWY5vdVdy0hP2MNO3J4qimOUn6fl4Pk3c8eedkq0z5kCC0XNp/s320/hernan_casciari.jpg" width="320" /></a></div>
<h3 style="background-color: white; color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; font-size: 13px; font-weight: normal; line-height: 20px; margin: 25px 0px 0px; padding: 0px; text-align: left; text-transform: uppercase;">
VIDA PRIVADA, <a href="http://editorialorsai.com/blog/secciones/?idCat2=65" style="color: darkred; text-decoration: none;">CHARLAS CON MI HEMISFERIO DERECHO</a></h3>
<h2 style="background-color: white; color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; font-size: 35px; font-weight: normal; line-height: 38px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: left;">
El gran secreto de mi vida</h2>
<div style="background-color: white; font-size: 16px; line-height: 20px; text-align: left;">
<h4 style="color: grey; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; font-size: 13px; letter-spacing: 0px; margin: 2px 0px; padding: 0px; text-transform: uppercase;">
▣ HERNAN CASCIARI, VIERNES 25 DE FEBRERO, 2005</h4>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Las pocas veces que he tenido que ir a un almuerzo de negocios (la última de estas desgracias ocurrió hace un mes), se ha dado una situación que me aterra. Es cuando llega el camarero del vino y sirve un poquito en mi copa para que dé el visto bueno. Es entonces cuando el mundo se detiene, la vida del restaurante se congela y, como en los cuentos de Poe, sólo se oye a mi corazón —<i>cataplóm, cataplóm</i>— galopar en pánico desbocado.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Lo que debería halagarme —porque en realidad un camarero escoge, de todos los comensales, al que sospecha el más indicado— a mí no me halaga, sino que me pone los pelos de punta. Y es porque nunca, pero nunca en la reputísima vida de dios, voy a saber si un vino está bueno o está malo. Es más, si fuera por mí, todos los vinos estarían malos.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
La segunda cuestión que me da pánico es la serie de gestos que hay que ensayar durante este ritual sibarita. Estos gestos son generalemente cinco: hay que oler la copa entrecerrando los ojos; hay que beber un sorbo como si fuera jarabe; hay que poner cara de boludón que entiende de la cosecha de la uva; hay mirar al tipo de la botella como con culpa, regalándole una caidita de ojos; y para rematar hay que apretar los labios y hacer que sí con la cabeza, como si dijeras: <i>"Tenías razón, che, perdonáme por haber dudado"</i>.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Pero es justo después de esta mierda de gestos que llega lo verdaderamente aterrador. Y es cuando el camarero sirve las copas y se va. Entonces es donde empiezo a temblar frío, esperando que mis acompañantes beban de sus copas y descubran que el vino, el que que yo di por bueno, está horrible, picado, pasado, vencido, agrio y podrido. Yo me quedo siempre con el culo apretado en la silla, esperando a que escupan la bebida sobre el mantel y me miren con imprevista desconfianza. Es decir: mi fobia radica en que mis contertulios, que hasta entonces me respetaban y estaban a punto de darme un trabajo o un premio, descubran que soy un mogólico.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Pensándolo ahora, mientras releo estos párrafos, colijo que es éste el gran miedo de mi vida. No saber cuándo llegará el minuto en que voy a ser, por fin, desenmascarado. He aquí mi terror recurrente, caramba: estar siempre expuesto a que las personas que me sospechan inteligente, o mundano, o simpático, o capacitado para alguna tarea compleja, se desayunen sobre la recóndita verdad que oculto: que soy un tarado mental.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
(Este artículo, que iba a desarrollarse sobre cuánto detesto el vino y las reuniones, se acaba de convertir en un ensayo sobre mi mogolismo oculto: los cambios de rumbo de la literatura son inexpugnables.)</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Permítanme que les cuente, ahora que ha cambiado tan de golpe el tema de esta charla, algo que me ocurrió de niño y que ha marcado mi vida a fuego.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Agonizaba el año 1983. Mi padre, en aquellas temporadas, era el tesorero de la mayoría de las instituciones benéficas de Mercedes. Entre ellas <span class="siglas" style="font-size: 14px;">CAIDIM</span> —<i>Centro de Apoyo Integral del Insuficiente Mental</i>—, un lugar donde convive la gran mayoría de los mogólicos del pueblo, un sitio acogedor donde se les da trabajo y cobijo.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Una mañana de mis doce años, mi padre me pidió que fuese al Banco Provincia a cobrar un cheque de <i><span class="siglas" style="font-size: 14px;">CAIDIM</span></i>. Llegué al banco en mi bicicross, entregué el talón en ventanilla y el cajero me devolvió, sin darse cuenta, cincuenta pesos de más. Yo noté el error enseguida, y durante todo el camino de regreso a casa fantaseé con lo que me compraría con ese dinero extra. (Creo que mis prioridades de aquel tiempo eran un perro y un karting a motor.)</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Una vez en casa entregué a Roberto Casciari el dinero exacto del cheque y me quedé miserablemente con el cambio. Durante el almuerzo, sin embargo, un ataque de culpa me hizo confesar que me habían dado cincuenta pesos de más, y le pedí permiso a mi padre para quedármelos.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
—Si a esa plata la perdiera el Banco —me dijo Roberto— ningún problema. Pero cuando hagan el balance de caja y falten cincuenta pesos se los van a descontar al cajero, y son todos amigos míos. Así que mejor lo devolvemos. ¿En qué ventanilla cobraste?</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
—En la dos —le dije, jurando para mis adentros nunca más ser sincero con mi padre (actitud que sigo cumpliendo a rajatabla).</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
—En esa ventanilla está Eduardo —dijo Roberto Casciari, que es amigo de toda la gente que está detrás de cualquier ventanilla. Y acto seguido llamó por teléfono al Banco pidiendo hablar con Eduardo.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
—Diga —dijo Eduardo, el cajero, del otro lado de la línea.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
—Hola Edu, soy Roberto —habló mi padre—, me parece que me diste plata de más en un cheque de <span class="siglas" style="font-size: 14px;">CAIDIM</span>.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
—¡Sí! —asintió el cajero Eduardo— Me di cuenta casi enseguida, y te iba a llamar esta tarde. No le quise decir nada al <i>chico mogólico</i> que me trajo el cheque porque no me iba a entender.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Mi padre se empezó a reír en ese momento, y es el día de hoy que se sigue riendo. Han pasado veinte años desde aquello, pero Roberto Casciari no se cansa de narrar en las sobremesas, cada vez que puede, esta anécdota en la que un cajero de banco me vio cara de mogólico. Creo que éste es el trauma más grande que tengo, exceptuando los sexuales y los que derivan de ser hincha de Rácing.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Y es que aquella tarde no solamente perdí mis cincuenta pesos, mi perro nuevo y mi karting a motor, sino que gané, y para siempre, este temor a que la gente sepa que soy mogólico, a que descubran mi verdadera identidad. Esta fobia a que todos los esfuerzos que hago por aparecer simpaticón e inteligente ante el mundo, queden aplastados por una mirada sagaz que me devuelva a mi categoría de subnormal.</div>
<div style="color: #444444; font-family: georgia, times, 'Times New Roman', times-roman, georgia, serif; line-height: 22px; padding: 8px 0px;">
Es por esto que, cada vez que un camarero me elige para catar el vino en un almuerzo de negocios, o cada vez que alguien me obliga a hacer algo que está fuera de mis fronteras mentales (como por ejemplo votar, cambiar los pañales de mi hija o discutir sobre cine de autor), comienza a subirme por el esternón un frío de pánico que se instala en mi alma y no me deja vivir en la paz sencilla de los sobnormales, ese sitio cálido del que nunca debí haber salido para intentar comerme el mundo.</div>
</div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-11314190270818799232013-08-27T15:12:00.001-03:002013-08-27T15:12:11.665-03:00Maestro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaiQcAKyXq4j46Jurn3aQzOQKyLv1rCx6ghe8Ncuxs0EPRJNJPh3cCQ0817WzIq0ll1Dvueb1Dz2tfYT-ElNWGbBfnUvnrHDTxO0bPqRCZbYTIB-kkANXQMfVYgtznBi5ZojcCS5SfvYAP/s1600/ula.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaiQcAKyXq4j46Jurn3aQzOQKyLv1rCx6ghe8Ncuxs0EPRJNJPh3cCQ0817WzIq0ll1Dvueb1Dz2tfYT-ElNWGbBfnUvnrHDTxO0bPqRCZbYTIB-kkANXQMfVYgtznBi5ZojcCS5SfvYAP/s320/ula.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Ayer a la tardecita, casi noche, en el Senado nacional Carlos Ulanovsky fue distinguido con la mención de Honor Domingo Faustino Sarmiento por su aporte a la cultura y por su trayectoria.<br />
Tengo la enorme fortuna de conocer a Carlos, primero como estudiante en T.E.A (Taller escuela Agencia) y luego como productor de un programa en radio La Red que se llamó "Perdidos en la noticia" que él condujo junto a otro grande; Carlos Abrevaya. Pasamos muchas tardes en el viejo estudio de la avenida Santa Fé y Aguero muy divertidas. También estaban esa gran locutora que se llama Alicia Cuniverti, Débora Gornitz, Gabriel Schultz, Rodrigo Bonadeo y alguno más que seguramente me olvido. Sepan disculparme.<br />
Claro que a Carlos lo conocí primero como lector, y también porqué en aquellos años mi gran amigo, socio, co autor y cómplice, Jorge Bernárdez estaba escribiendo junto a Diego Rotman ese libro tan bueno y necesario que se llamó "Ni yankis ni marxistas, humoristas" que cuenta la historia de la revista Satiricón donde Carlos, junto a otros grandes en serio, escribió mientras duró.<br />
Atesoro algunos ejemplares (vaya a saber dónde, en que caja) de revista Satiricón y allí pude detectar que el gran Carlos siempre fue un magnífico entrevistador que supo y sabe intercalar la seriedad y el humor y eso, en un medio a veces tan pacato como chabacano, no es un detalle sino que pasa a ser imprescindible. Ayer, en esa tardecita, Sergio Pujol, recordaba un viejo reportaje a Nélida Lóbato realizado por Carlos.<br />
Mientras la ceremonia se llevaba a cabo, este escriba miraba la emoción de los presentes. De los parientes, de sus amigos mexicanos en el exilio, de sus colegas. Ahí me di cuenta que había operadores técnicos como el gran Charly Cacaviello de sus épocas en el recordado programa de radio América "El ventilador" espacio que compartía junto a sus amigos Jorge Guinzburg y Adolfo Castello y la bonita de Gabriela Rádice, otra gran locutora y compañera de laburo<br />
También recordé aquellas mañanas en el "multinervios" (como se lo había apodado al grupo América) dónde a pocos metros, Jorge Bernárdez y este escriba porducían el ciclo de Juan Alberto Badía en radio del Plata. Los encuentros en ese angosto pasillo eran muy graciosos, diarios y se ampliaban en el fumadero con Castello que siempre llegaba tarde. Anoche, muchos de sus colegas estábamos allí. No es fácil juntarnos y mucho menos para hablar bien de alguien pero Carlos tenía todos los números para eso y mientras seguía a los concurrentes, noté que no había gerentes de medios, dueños de alguna radio, nada de eso. Estaban sus compañeros de aventuras, el querido Carlos Marcucci, sus compañeros de docencia y amigos ( si, amigos de los medios) por eso hay que decir que esta cosecha no la produce cualquiera. Tenés que ser buena gente y buen profesional (aunque la fórmula muchas veces sea empleada al revés hasta para dar trabajo) y Carlos ha sido y es eso. Nunca ha cambiado su forma de trabajar, de exponer, de hablar y de producir sus libros.<br />
Para mi, que lo tengo de vecino a dos cuadras, es un honor que me haya honrado con su amistad y me haya invitado ayer a ser parte de su festejo.<br />
Gracias a él, me volví un obsesivo con los datos desde hace mucho, escuchándolo como aquella primera vez en el incipiente T.E.A o cuando le contamos con Jorge el proyecto de nuestro libro, o cuando una mañana de hace unos años en el Tolón nos pasamos hablando de Federico Manuel Peralta Ramos, asunto que luego incluyó en su libro de Tato perfectamente documentado.<br />
Allá por el 98, me pidió un favor. Precisaba ubicar una de sus primeras notas en la revista Primera Plana. Al tiempo le conseguí lo que buscaba. Trataba de una nota a unas bailarinas de teatro ( si mal no recuerdo eran del Maipo) y en ella contaban sus sueños y ambiciones. Ninguna de sus primeras entrevistadas era famosa en aquel momento y tampoco, posteriormente, hicieron carrera en las tablas. Carlos se acordaba perfecto de aquella nota y después de más de 20 años se puso a buscar a las protagonistas de sus notas. No sólo las encontró sino que al cabo de un tiempo me llamó para contarme lo que había pasado con aquel recorte que me había pedido.<br />
Ese es Carlos.<br />
Por supuesto que me emocioné con sus hijas cuando contaron que "Cuando éramos chicas nos llevaba al cine, al teatro o la
Feria del Libro que es su segunda casa casi a diario, y lo mismo
intenta con sus nietos. Y aún hoy, cada vez que nos vemos, al terminar
nuestros encuentros semanales nos entrega un sobre a cada una. No tienen
plata ni documentos secretos: son clips de prensa, con recortes de
notas de obras y libros, con una mensaje que dice Creo que esto te puede
interesar."<br />
Subió León Gieco a cantar con su hija, habló el senador Fulmus que si hablase así, como anoche a los que no lo votaron tendría más chances; otro maestro, Juan Sasturain recordó viejos tiempos y leyó un texto muy emotivo. Y si, al final, subió el homenajeado y cerró de la mejor manera: “En mi escritorio tengo distintos carteles. Uno dice: El que se la cree,
se jode. Es una frase que aplico cada día. Cada uno tiene un auditorio
interno, y yo también tengo el mío. Sé que si me pusiera megalómano se
reirían de mí. Además, ¿por qué creérsela? Cuando veo que algunos
famosos se alquilan suites para recibir algún premio, me causa gracia.
Yo mañana, como todos los días, voy a ir a laburar, que es lo mejor que
me puede pasar”.<br />
Al gran maestro Ula, salud! <br />
<br />Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-38962234826826689812013-08-15T13:00:00.003-03:002013-08-15T13:00:57.633-03:00El hombre del Bombo y el Papa<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9UIyysvrYmKu_clH_WfsS9XCNTkWqc-W6Fd_xajQICv-gsOp3MKLbU9tzKae4YVGaWa0I8uBRswXiLk2QzDovT2VaSrFrPtJfhif0FInhqGr3LZmaxfr97LYlwuDqHsMkd4W647eTjB1d/s1600/el-tula.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9UIyysvrYmKu_clH_WfsS9XCNTkWqc-W6Fd_xajQICv-gsOp3MKLbU9tzKae4YVGaWa0I8uBRswXiLk2QzDovT2VaSrFrPtJfhif0FInhqGr3LZmaxfr97LYlwuDqHsMkd4W647eTjB1d/s400/el-tula.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Con el Papa<br />
<br />
"El Tula se presentó ante la Guardia Suiza, y ésta llamó a una prefecto.
Entonces le explicó quién era. 'Ustedes pregúntenle al Papa si yo puedo
entrar'. Alguien le preguntó al Papa o a algún secretario del Papa.
'Hay un señor que se llama Tula, que está con un bombo, quiere entrar'.
El Papa dijo 'que pase el Tula'", relató Cherquis Bialo. Y agregó: "No
sólo entró: fue el penúltimo en saludar al Papa, le besó la mejilla y le
entregó un libro con su biografía".<br /><br />Cherquis Bialo dijo que "el
Tula estaba en la Plaza San Pedro en medio de los miles que estaban
haciendo la fila para entrar a la basílica, con el bombo, una camiseta
argentina y una bandera de Central. Hacía sonar su instrumento. En un
momento determinado, dijimos 'qué lástima que se pierde este momento
inolvidable', De repente, lo vemos entrar por una puerta lateral con el
bombo. Le pedimos que no lo hiciera sonar en esa sala. Se lo pedí
personalmente. 'Por lo menos esperá que el Papa termine de dar la
bendición'", relató. <br /><br />Sin embargo, según el jefe de prensa,
"antes de que el Papa empezara la bendición, Tula arrancó con el bombo.
Ahí ya nos queríamos... es imposible el suicidio para la fe, pero daba
ganas de balearse en un rincón". "El Papa es argentino, conoce al Tula y
sabe quién es en la cultura del fútbol argentino", explicó.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjT3w-Wl8Vo063HqPL_34uvQgBTQjEuPAW68Yf31p5V0uSZA_PoRLUl_ieJcxbnuR0pxGmcB2a3oeyYFZnIWilcqmLzVuzMQhlHXfzNDtqyumMtRrAeqaBGos6nkSESH8ayAsAYHQWRWz9E/s1600/tula.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjT3w-Wl8Vo063HqPL_34uvQgBTQjEuPAW68Yf31p5V0uSZA_PoRLUl_ieJcxbnuR0pxGmcB2a3oeyYFZnIWilcqmLzVuzMQhlHXfzNDtqyumMtRrAeqaBGos6nkSESH8ayAsAYHQWRWz9E/s1600/tula.jpg" /></a></div>
El Hombre Bombo<br />
(Por Martín Ale)<br />
<br />
El bombo del Tula pasa los días y las noches en una habitación oscura,
junto a dos colegas ya retirados, diarios y revistas viejas, un par de
pingüinos embalsamados, una miniatura de Tutankamón y fotos, centenares
de fotos. Tiene los parches gastados y le duelen las clavijas: el paso
del tiempo, los miles de kilómetros recorridos, los palos recibidos. Las
caras de Perón y Evita pintadas sobre el celeste y blanco de la
armazón, calcomanías de un lado y la leyenda “Alemania 74 – Alemania
2006” del otro. El bombo del Tula sale poco; algún actito por allá, un
homenaje por acá. Eso sí: cuando sale no hay bombo que le haga sombra.
Su latido atronador mete miedo. Apoyado sobre una cómoda en una
habitación oscura, rodeado de recuerdos, el bombo de Tula es una pieza
de museo. Un objeto más del museo improvisado que el Tula tiene en su
departamento de Lomas de Zamora.<br /><span class="fullpost"><br />-¡Positivo!
–saluda el Tula y abre la puerta de un edificio de los que se hacían
antes, una mole con puertas grandes y pesadas, a tres cuadras de la
estación de trenes de Lomas. El cuatro ambientes que el Tula compró con
un crédito del Hipotecario hace treinta años está en penumbras. La ropa
desordenada sobre un sillón, una mesa con mantel de hule, un aparador
con copas de las que se usan para brindar en Navidad.<br />-Mirá esto, positivo –dice el Tula. <br />De
una de las paredes cuelga un bombo que no es cualquier bombo. Tula tira
de una manijita y se abre la cara redonda del bombo: en su interior,
iluminado por una luz roja, se ven dos estantes con botellas de whisky,
ginebra y vino. <br />-El bombo-bar, positivo. En los ’70 los mandaba a hacer y los vendía. Con eso iba tirando.<br />La
voz del Tula raspa. El pelo revuelto, la nariz larga y torcida, la
camisa violeta prendida por el penúltimo botón. Y encima toca el bombo.
Carlos Pascual Tula, el bombista más famoso de la Argentina. Del mundo,
positivo, dice él. Del ’70 para acá le puso bum bum bum a las campañas y
actos de Cámpora, Perón, Isabel, Luder, Cafiero, Menem y Duhalde. Nunca
para los Kirchner, negativo. Me corrieron, no me pueden ver, me
pusieron el rótulo de “menemista”. Los últimos manguerazos fueron para
el peronismo disidente. Pero fueron pocos. Pasa más tiempo en el museo
que en la calle. Hasta que un día, más pronto que tarde, no va a salir
más. Y Tula lo sabe.<br />-Yo quiero que vuelva la mística, positivo. El
bombo, la marchita, la militancia. Pero cambió la mano, negativo. Ahora
es todo marketin, televisión. No hay militancia, es todo negocio –Tula
lanza una carcajada y después hace el gesto de cerrarse la boca con una
cremallera, como diciendo “donde se come, no se caga”.<br /><br />Las
paredes del museo del Tula, un ambiente de siete por tres, están
tapizadas de fotos: Tula con presidentes, gobernadores, intendentes,
sindicalistas, bailanteros, vedettes, futbolistas, boxeadores, actores.
En otras se ve al Tula tocando el bombo en manifestaciones, en estadios,
en calles de Alemania, Japón, Italia, Francia, México, en la estatua de
la Libertad, en el Partenón, en Jerusalén, en el Vaticano. <br />-El
primero de enero del 2000 le toqué el bombo al Papa en la Plaza de San
Pedro. Toqué despacio, positivo, porque había mucha gente rezando.<br />El
Tula guarda todo: de cada lugar donde estuvo tiene una foto y una
calcomanía pegada en el bombo. Cada entrevista, cada nota, cada
caricatura que se publica la recorta y la amontona. De cada campaña
conserva algo: un cenicero de Luder 83, lapiceras y prendedores de Menem
89, gorras de Duhalde 99. Tula atesora dos bombos: el que llevó al
mundial de Alemania 74 y el que usó para la campaña en la que un
candidato prometía salariazo y revolución productiva. Los pingüinos
embalsamados no son metáfora de nada; son un regalo de un gobernador
fueguino en los ’80. También hay dos mochilas color caqui con las
costuras deshilachadas: con una recorrió el país en el 74 para que los
gobernadores le firmaran una bandera que pensaba izar en las Malvinas.
Todos le firmaron pero el Tula nunca pudo llegar a las islas. La otra
mochila es la que usó para viajar a Madrid a conocer a Perón<br />-Me voy a
Madrid a ver a Perón –anunció el Tula, los ojos clavados en la cámara
del canal 5 de Rosario. Terminaba julio de 1971, el General vivía su
exilio español y el Tula era un personaje famoso que había cruzado las
fronteras de Rosario cuando unos meses antes Pipo Mancera lo llevó a sus
“Sábados circulares”. Está la foto en la pared: el Tula flaco, alto,
con un bombo colgando y un pedazo de manguera en la mano y Pipo al lado,
de impecables traje y peinado.<br />El Tula quería conocer personalmente a Perón y regalarle el bombo.<br />-Por
eso le pido a todos los rosarinos, a los amigos, a los peronistas, a
los jugadores y a los hinchas de Central que me firmen este bombo a
cambio de unos pesos para poder viajar. Este bombo –el Tula enseñaba a
la cámara un bombo tipo murga- se lo voy a dar a Perón y tu nombre puede
estar acá.<br />En septiembre del ’71 el Tula zarpó en un buque rumbo a
Madrid. Llevaba una mochila color caqui, la misma que ahora guarda en su
museo, y un bolso grande, negro, de cuero, con el bombo firmado por
sindicalistas de la UOM, el plantel de Rosario Central y la barrabrava
canalla.<br />El 17 de octubre, día de la Lealtad, el Tula llegó al barrio
Puerta de Hierro. Una cuadra antes de la residencia donde paraba el
General, hizo tronar el bombo. Los policías lo pararon. “Soy argentino y
le vengo a regalar el bombo a Perón”, dijo Tula, que no paraba de
pegarle al parche. Ante el escándalo, los guardias hablaron a la casa. <br />-Salió
el Brujo López Rega y me hizo pasar. Cuando entro a la casa veo a Perón
y a Rucci, que ya me conocía. Se me aflojaron las piernas, positivo, y
me quedé duro como un boludo, no podía caminar. Rucci entonces le dice a
Perón: “General, este compañero se vino desde Argentina para regalarle
el bombo”. Y Perón me estira la mano y me dice: “Yo tenía menta suya
m’hijo”. ¡Dijo “menta”, una palabra gauchesca que no la usaba nadie,
positivo! Había otros sindicalistas, mucha gente. Almorzamos. Perón
preguntaba por Argentina, los otros le contaban. Yo paraba la oreja.
Después de comer le di mi bombo y Perón me regaló un bombo alemán,
positivo. <br />Está la foto en la pared: el Tula, pantalón claro, pelo corto y el bombo lleno de firmas. Perón le pasa un brazo por el hombro. <br />Un
año le duró el bombo alemán: se lo robaron en octubre del ’72, cuando
la policía reprimió un acto del peronismo porteño. Escapando de las
balas y los gases, Tula le dejó el bombo a una vecina. Al día siguiente
lo fue a buscar y nadie sabía nada del bombo alemán.<br />La próxima vez
que el Tula pudo ver a Perón fue en el Congreso de la Nación, cuando al
General llevaban dos días velándolo. El Tula estaba en el Mundial de
Alemania y vio que en el predio donde paraba la selección argentina la
bandera flameaba a media asta. Tula, se murió Perón, le dijo un barra de
Vélez. Tula habló con el cónsul, con el embajador, tengo que estar ya
en Argentina, positivo. Me consiguieron pasaje hasta Madrid. Ahí tenía
que bajarme pero negativo, no me bajé. Me metí en el baño del avión y
cuando me asomo veo a varios peronistas, como Jorge Antonio, así que me
quedé con ellos y viajé en el asiento de una azafata.<br />Está la foto en
la pared: seis dirigentes sindicales rodean el ataúd destapado de
Perón. Entre ellos, el Tula mira fijo los ojos cerrados del General.<br /><br />En
el departamento de Lomas de Zamora duermen los bombos y Lidia, la ex
mujer del Tula. Entre 1976 y 1980 el matrimonio Duhalde comía las
empanadas que Lidia cocinaba. Eduardo y Chiche vivían en el décimo piso
del mismo edificio. Pura casualidad, dice el Tula. Duhalde, que hasta el
24 de marzo del ’76 era intendente de Lomas, le consiguió un trabajito
en la pileta del club Banfield. Chiche, que administraba el consorcio
del edificio, lo ubicó como “ayudante de encargado”. El Tula había
quedado cesante de su puesto de “ordenanza categoría 10” que tenía en el
bloque justicialista del Senado de la Nación. Tenía una hija y
necesitaba parar la olla.<br />Hoy ni los Duhalde ni Tula viven en el
edificio. El ex presidente y su señora habitan un caserón en Banfield;
el Tula, un dos ambientes en el microcentro porteño, propiedad de una
“amiga”, una joven abogada treinta años menor que conoció en el mundial
de Japón 2002. El depto queda en la nueva peatonal Reconquista. Por allí
camina el Tula, con su renguera a cuestas. Quedó rengo hace una pila de
años. Había viajado a Buenos Aires a ver jugar a Central y regresaba a
Rosario en tren. Viajaba en el techo de un vagón y se reventó la gamba
contra un puente. Los oficinistas apurados lo miran; algunos lo conocen y
cuchichean al verlo pasar. <br />-Me saludan, me tratan bien, positivo,
una locura, ando muy bien con la gente y bien con los sectores de mucha
plata, positivo. ¡No sabés cómo me saludan los gorilas! Mido muy bien en
ese sector.<br />El mozo le palmea el hombro. Le trae lo de siempre, le
pregunta por Central. El bar huele a café quemado, el Tula huele a
jabón. Es mediodía y se despertó hace un rato.<br />-Yo estuve en todos
lados, positivo. Con Perón, en el regreso de Perón, cuando ganó el Tío,
hice todas las campañas, positivo. Y fui a todos los mundiales, desde el
’74 para acá. Menos al de Estados Unidos porque me negaron la visa,
negativo.<br />Positivo, positivo, negativo. Cuando saluda, atiende el
celular, devuelve un grito en la calle, cuenta una anécdota. En todo
momento el Tula mete un positivo o negativo.<br />-En una época se decía
así, “cómo andás, positivo”. Nada que ver con la policía. Es un invento
mío, eh. Igual que decir “cómo andás, loco”, esa también la inventé yo. <br />Hay más creaciones:<br />-Yo
le puse “Tío” a Cámpora y en el ’80 canté por primera vez el cantito
“Seguí luchando, Saúl (Ubaldini) seguí luchando, seguí luchando que te
vamos a apoyar”. Todo invento mío, positivo. <br />Las manos del Tula
lucen tres anillos que bien pueden resumir la historia del peronismo:
uno con la cara de Evita en dorado representa la etapa dorada del
justicialismo, la del 45-55. Un segundo anillo de alpaca tiene las
letras P y V, de Perón Vuelve, símbolo de la Resistencia; y el tercero
es una cabeza de cacique indio o dios africano –Tula no recuerda bien-
con una corona de plumas y los ojos de color rojo, que bien puede
representar al menemismo.<br />Tula no necesita que ningún especialista
venga a hablarle del nuevo marketing político, la telepolítica o las
campañas electorales 2.0. Sabe que la cosa cambió. Tal vez por eso, a
los 68 años, decidió que era el momento de contar lo vivido: el año que
viene publicará su biografía, que se titulará, claro, “Positivo”.<br /><br />En
la casa de los Tula, como en tantas, el peronismo dividía las aguas. Su
padre trabajaba en Obras Sanitarias y era radical yrigoyenista. <br />-Perón,
un corrupto. Y su mujer, una puta –adoctrinaba el padre a Carlitos. La
madre era peronista pero tenía prohibido manifestar adhesión al
“régimen”. <br />Cuando Carlitos tenía 10 años fue con su mamá a ver a
Evita, que por unas horas visitaba Rosario. Carlitos alcanzó a acariciar
la mano de la mujer del General y le dio una carta con un pedido. A los
tres meses, un camión del correo bajaba en la casa de los Tula una
bicicleta enviada por la Fundación Eva Perón.<br />-Mi viejo era jodido,
no se puso el luto cuando murió Evita, negativo. Y cuando vino la
Revolución Libertadora él estaba contento, hasta se fue a Buenos Aires a
darle la mano a Rojas. A mí no me importó, yo me hice peronista igual,
positivo, tenía mi piecita llena de fotos de Perón y Evita y cuando yo
me iba mi viejo me arrancaba todo.<br />El 17 de octubre de 1952 Tula
hijo, que tenía once años, se escapó de su casa y viajó con los
muchachos de la UOM Rosario a un acto en la Plaza de Mayo. Caminaba
entre obreros y pancartas cuando se sintió atraído por un ruido potente
que hacía bum, bum, bum, como el latido amplificado de un corazón. Buscó
de dónde venía esa música maravillosa y vio a un tipo que le pegaba con
un pedazo de manguera a un bombo gigante. El bombista acompañaba a los
que cantaban la marchita cuando sintió que un pibe flaco y ruliento le
hacía señas. Le prestó la manguera y el Tula tuvo su bautismo de fuego.<br />-Fueron
un par de golpecitos, positivo, pero quedé maravillado. Bum bum hacía y
la gente siempre seguía al del bombo. Me di cuenta que quería eso,
tocar, tocar y que la gente me siguiera, positivo.<br />Cuando volvió a
Buenos Aires, el Tula, que ya paraba con la hinchada de Rosario Central,
tuvo una idea: llevar un bombo a la cancha. Recolectó unos pesos entre
los hinchas y se compró el primer bombo, grande, pesado, con las lonjas
bien tirantes. Los días que Central era local, Tula salía de su casa
tocando el bombo y a las pocas cuadras los hinchas lo empezaban a
seguir, diez, veinte, cincuenta; al llegar al estadio, eran un par de
centenares.<br />-Yo entraba y cantaba: “Yo te daré, te daré patria
hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con P…Perón” y todos
cantaban, positivo. Después cuando con la barra, antes de empezar cada
partido cantábamos la marchita. Lo hicimos desde el ’55 al ’76, era
nuestra manera de hacer la resistencia.<br />Tula también le ponía bombo a
los actos sindicales; primero en Rosario, después en Buenos Aires. Así
conoció a pesos pesados como Rucci o Lorenzo Miguel. Contactos de esa
clase le permitieron conseguir un puestito como ordenanza en el Senado
de la Nación. El Tula y su bombo ya eran famosos. Viajaba por el país
haciendo campaña para Cámpora primero y Perón-Perón después. El 22 de
marzo de 1976 el Tula tocó el bombo en la Plaza de Mayo para bancar a
Isabel. La noche siguiente dormitaba con la radio prendida cuando a las
tres y veintiuno escuchó al locutor, grave, por la cadena nacional:
“Comunicado número uno…”.<br />Era el momento de guardarse. Lo que era
difícil de esconder era el bombo: en ese entonces el Tula llevaba a los
actos un bombo de dos metros de diámetro con la palabra “Perón” de un
lado e “Isabel”, del otro. Nunca más lo volvió a ver. <br /><br />Poco
trabajo tuvo el Tula en la campaña. Los Kirchner no lo quieren y el
Properonismo desperonizó su campaña. La excepción fue un acto en un
centro de jubilados de Lomas de Zamora. Lo organizó el yerno de Duhalde,
candidato a diputado, para que su suegra Chiche apoyara a la candidata a
diputada de Claudia Rucci, hija de José Ignacio, el asesinado líder
sindical amigo del Tula. <br />El salón es modesto. En la mesa cabecera
unos vasos de plástico esperan por los actores principales. De fondo un
cartel amarillo de Unión-Pro con los nombres de los candidatos,
custodiado por las cabezas gigantes de Perón y Evita en tres cuartos
perfil. En el salón hay un puñado de militantes de la zona, un puñado de
sindicalistas, un puñado de seguidoras de Chiche y dos hombres que
llaman la atención. Uno viste traje oscuro, se peina a la gomina y está
acompañado por dos guitarristas. El otro tiene el pelo revuelto y no
para de pegarle a un bombo. Los dos serán protagonistas del momento
máximo de la liturgia peronista: la marchita; el Padrenuestro del
peronismo, versos que como la oración cristiana nadie cumple y todos
proclaman. Hugo del Carril hijo y el Tula, voz y bombo de la Marcha
Peronista que en un rato será cantada y seguida con palmas.<br />Cuando
los candidatos entran al salón, el Tula les camina un par de pasos
detrás castigando al bombo. Las oradoras –Chiche y Rucci- se sientan en
la mesa y el Tula se para a un costado. Cada vez que el público aplaude,
el Tula acompaña con seis o siete manguerazos. En realidad ya no usa
pedazos de manguera: ahora le pega al bombo con un palito que en su
punta tiene un pedazo de cuero. El público aplaude cuando escucha frases
como “Los K no son peronistas” o “Tenemos que volver al país de la
justicia social”. Claudia Rucci se acuerda de la marchita:<br />-¡Kirchner nos mandó a que nos metamos la marchita en el culo!<br />Ovación.
El Tula castiga el parche como nunca en la tarde, con repeticiones de
golpes que suenan como cañonazos. Hay abrazos entre los candidatos, más
aplausos. Se acerca el clímax, se viene el estallido. Hugo del Carril
hijo sube a la tarima con sus guitarristas y arranca con voz potente:<br />-Los muchachóoo…<br />El
Tula pega y pega en el bombo. En cada golpe su brazo sube hasta la
altura de la cabeza y baja con violencia. Su técnica es fácil de
aprender: pega en la sílaba acentuada de cada palabra, y si es un
monosílabo pega siempre. <br />Muchos de los peronistas que corean la
marchita en el centro de jubilados lomense no saben la letra, o conocen
los versos pero no el orden en el hay que cantarlos. Saben que en alguna
parte dice “Imitemos el ejemplo” pero no recuerdan si luego viene “De
ese varón argentino” o “Por los principios sociales”. Chiche Duhalde,
Claudia Rucci y Hugo del Carril hijo la saben de memoria. Tula también.
La canta a puro grito, con las venas hinchadas y las “o” interminables.<br /><br />Llega
fin de mes y al Tula no le queda ni un centavo de los seiscientos pesos
que cobra como pensión por los años que trabajó en el Senado. Su hija y
algunos sindicalistas le dan una mano. Menem le prestó la Quinta de
Olivos para bautizar a su primer nieto, lo nombró en algunos discursos
cuando escuchaba sonar el bombo, pero de pasta ni hablar, negativo.<br />-Yo
no soy de la primera hora porque jugué para Cafiero en la interna del
’87. Me quiere Cafiero, él me pidió que agregue trompetas y ahí armé una
banda como de diez personas. Después, sí, trabajé para Menem, positivo.
Pero no soy menemista, soy peronista. Estos me proscribieron. ¡Los
Kirchner, quiénes van a ser! Es menemista, dicen. ¡Pero yo soy
peronista! A mí qué me importa el menemismo, el kirchnerismo y todo eso,
soy peronista y apoyo a los candidatos del partido. Estos nunca me
dieron cabida en ningún acto. Quise ir con el bombo pero ne-ga-ti-vo.
Decían que yo no les convenía. Son giles. Yo soy peronista, estoy con el
pueblo, positivo. Sí, hablé una vez con Kirchner, que me derivó a
Parrilli y todavía estoy esperando que me llamen. Pero cuando me di
cuenta que no nombraban a Perón, no cantaban la marcha, ya no quise
estar con ellos, me puse en contra. Ellos engancharon a los que no son
peronistas para eliminar al peronismo o tener más votos y les fue mal
con eso, y ahora cantan la marcha.¡¿Por qué no la cantaban antes?! El
peronismo es un sentimiento, lo llevo acá, positivo. Peronismo es
justicia social para los trabajadores, el resto es verso. ¿Menem? Hizo
cosas buenas y malas. Buscó la paz con todos, pero hizo un montón de
macanas. La pifió cuando se abrazó con Rojas, no, con ese no, negativo,
ese volteó a Perón. Pero el Turco terminó con el antiperonismo. ¿Será
por eso que los gorilas me saludan?<br /><br />Pasó la campaña, pasaron las
elecciones. A las seis de la tarde del domingo 28, cuando las radios
aseguraban que en Santa Fe el socialismo le ganaba al peronismo de
Reutemann, el Tula llamó a su hermano. Son bolazos, venite que ganamos.
Ya salgo, positivo. Y el Tula salió para Santa Fe, la provincia que lo
vio debutar con el bombo en la cancha de Central y en los actos de la
UOM, cuando gritar “Viva Perón” se pagaba hasta con la cárcel. A la
noche las bocas de urna capotaron. Festejó el piloto y gozó el Tula
haciendo bum bum bum. </span><br />
<br />
<br />
<span class="fullpost">fuente: http://aguilashumanas.blogspot.com.ar/2009/08/el-hombre-bombo-martin-ale_31.html</span>Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-5398116955252344472013-08-01T14:25:00.000-03:002013-08-01T14:25:45.866-03:00Gloria, alegria y ocaso de un campeón del mundo, (una crónica imperdible)<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnUoIpxbweL0v7Mg_lErg5tuD3LhnolN7rcstIZHohmWkVnQmNKdSTCk9AhVqCVWAaAaRQR8oUVtT9XaobSM00rvKr03_sa_paD0axMEvSElQ-WWRM-fDPq84iSNgld6wCdOdrnRL8mHd4/s1600/2012.10.19-salinas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnUoIpxbweL0v7Mg_lErg5tuD3LhnolN7rcstIZHohmWkVnQmNKdSTCk9AhVqCVWAaAaRQR8oUVtT9XaobSM00rvKr03_sa_paD0axMEvSElQ-WWRM-fDPq84iSNgld6wCdOdrnRL8mHd4/s320/2012.10.19-salinas.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><i><span style="font-size: small;">Carlos Horacio Salinas llegó a ser campeón del mundo con Boca,
tuvo un millón de dólares y siete departamentos. Pero fue
transferido como parte de pago por el pase de Diego Maradona y ése
fue el comienzo del fin. Historia de un jugador de los de antes.
</span></i></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;"></span><h3>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><i></i></span> <span style="font-size: small;">Fue un día de semana, en la madrugada, en el barrio de Once en
Buenos Aires. El bar tenía luces dicroicas, mesas de plástico en la
vereda y mozos desalineados pero con moño. Afuera, un toldo viejo y
roto cubría las mesas vacías. Los parroquianos hablaban poco.</span></span></h3>
<span style="font-family: inherit;"></span>A lo lejos, se vio llegar a un hombre. La camisa sucia, el cuerpo
quebrado, un bolso deportivo vacío en la mano. Se desplomó en una
silla sin mesa, solitaria como un islote. No pidió nada. Al rato, se
quedó dormido, aferrado al bolso. Cuando despertó, balbuceó
algunas palabras.
<br />
<span style="font-family: inherit;"></span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Ustedes saben quién soy yo. ¡Qué van a saber,
porteños ignorantes!
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-No, no sabemos –respondió uno, desganado, como
quien le habla a un idiota.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Soy Carlos Horacio Salinas. He <i>sio'</i> campeón
del mundo con Boca. ¿Ven este bolso? Estaba lleno de dólares. Un
millón he <i>llegao</i> a tener.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Y qué le pasó, maestro? -preguntó otro de la
mesa.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Me lo he <i>gastao</i> en putas y en merca. Yo soy
el “Loco” Salinas. Y ustedes no son nadie.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Carlos Horacio Salinas alguna vez fue grande. No
sólo porque jugó en River, Boca, Independiente, Chacarita y
Argentinos Juniors, sino porque sus goles –que definieron
campeonatos- lo transformaron en un mito del fútbol de la década
del ‘70. El público lo ovacionaba al grito de “¡tucumano!
¡tucumano!” y los abanderados del buen fútbol decían que el
“Semilla” –así lo llamaban en su barrio La Ciudadela- era un
crack. “Lo único que lamento es no haber estado en Buenos Aires
para el partido entre Boca y el Borussia Mönchengladbach. Quería
ver jugar al Loco Salinas”, dijo César Luis Menotti, a propósito
de la primera final de la Copa Intercontinental, que luego ganaría
con un gol del tucumano.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">El “Loco” inspiraba respeto y a la vez formaba
parte de una maquinaria que comenzaba a generar dinero. Rápido,
hábil y peleador, Salinas no sólo recogía elogios, sino también
fortunas. En 1981, por ejemplo, cobró 250 mil dólares cuando Boca
decidió venderlo a Argentinos Juniors. ¿Por qué se deshicieron de
él y de otros jugadores? Porque Boca quería comprar a un pibe que
la rompía: Diego Armando Maradona.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">La llegada de Maradona a Boca fue el comienzo de la
abundancia, pero también el inicio del fin. Conforme los pases se
iban sucediendo, Salinas empezó a ganar dinero pero a perder
motivación. Y empezó a quemarse los dólares. Llegó a tener dos
autos BMW, siete departamentos y todas las modelos que quiso. Pero
mientras vivía las noches de una Buenos Aires que en aquel entonces
era “la París de Sudamérica”, su juego sólo sabía empeorar.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Pasó un cuarto de siglo desde su retiro. Después
de una juventud de lujo y declive, queda un hombre ermitaño y de
risa forzada que dice tener voces adentro de su cabeza. Hoy, el
“Loco” Salinas parece un loco en serio.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-No quiero saber nada de ese hijo de puta –contesta
la ex mujer de Salinas, con un enojo viejo, desde el portero de un
edificio.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="LEFT">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Desde hace tiempo estoy buscando a Salinas. La
mutual de Boca tiene agendados tres teléfonos suyos, pero ninguno
contesta. Desde Tucumán, mi hermano hace de Sherlock Holmes de
futbolistas retirados: averigua la dirección, va a la casa y lo
atiende un primo de Salinas.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-No sé qué será de su vida. Se fue a Buenos Aires
por un trámite por una semana pero lleva más de un año afuera
-contesta.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Luego da unas coordenadas vagas de una calle en
Caballito. Dice que ahí vive la mujer. Hasta ahora, sólo me gané
una puteada. Toco de nuevo, dispuesto a ser contundente.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Hola, soy tucumano como Horacio. Quiero hacerle una
entrevista –digo en una exhalación rápida.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Para en un bar acá a dos cuadras. Chau –me
cuelga.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Son las diez de la mañana. En el bar, las manchas
de humedad forman extrañas nubes, como mapas de países inexistentes
de un mundo rancio. El encargado conoce a Salinas. Me quedo una hora,
dos, tres. Almuerzo ñoquis mal descongelados con tuco aguado.
Cansado de esperar, salgo a dar una vuelta a la manzana. Y lo
encuentro caminando solo, con las manos en los bolsillos.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="LEFT">
<br /></div>
<div align="LEFT">
<br /></div>
<div align="LEFT">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEPkmezyiLoVqkZ0eBIRMiJz8o9M4xbHkLRL3ymNucfcp_lBVsXvszf9fhBKSMQF6oPwX0UtN7Ksr9TSLZz1Af_HfhfdUCOcvEOzTsvn5V4_GA89XDwxoX7yCu7Y82Yv4Zj1cKOleBTD_U/s1600/salinas6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEPkmezyiLoVqkZ0eBIRMiJz8o9M4xbHkLRL3ymNucfcp_lBVsXvszf9fhBKSMQF6oPwX0UtN7Ksr9TSLZz1Af_HfhfdUCOcvEOzTsvn5V4_GA89XDwxoX7yCu7Y82Yv4Zj1cKOleBTD_U/s1600/salinas6.jpg" /></a></div>
<br />
<div align="LEFT">
<br /></div>
<div align="LEFT">
<br /></div>
<div align="LEFT">
<span style="font-family: inherit;">Ropa deportiva, zapatillas nuevas y la cara picada por
una vieja viruela, Salinas habla fuerte y me agarra del antebrazo
para enfatizar lo que dice. Saco el grabador. Es un día de semana a
las cuatro de la tarde. Comenzamos comiendo una pizza y seguimos con
café con leche. Salinas tiene tiempo.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Eramos siete hermanos: cinco varones y dos mujeres.
Mi hermano llegó a ser capitán de Gimnasia y Esgrima de Jujuy.
Cuando yo tenía 14 años, le dijo a mi vieja: ‘Mandámelo a
Horacio para que no esté al pedo en Tucumán’. Vivíamos en una
pensión. Mientras ellos jugaban, yo estaba al costado. A veces, me
hacían entrar un rato. Un día, la selección juvenil fue a hacer
pretemporada a Jujuy y jugó contra el equipo de mi hermano. Entré
en el segundo tiempo y les di un baile a todos. Ahí comenzaron a
conocer a Carlos Horacio Salinas –cuenta mientras apura una porción
de muzzarella. Es hora del almuerzo.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Luego de ese partido, llegaron al club jujeño
telegramas de San Lorenzo y de River pidiendo al jugador. Aunque
siempre fue de Boca, Salinas eligió al equipo de la banda roja.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Tenía 17 años. Me subieron a un tren que demoraba
dos días en llegar a Buenos Aires.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">El paso por River fue fugaz. Después de un clásico
con Boca, Salinas cambió la camiseta con un rival. Al día
siguiente, fue a cobrar un premio al Monumental con la camiseta de
Boca –el club del que es hincha- puesta. Así se paseó por todo el
hall de entrada de la cancha.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Pibe, ¿cómo va a venir así al club? Usted está
loco –le dijo Rafael Aragón Cabrera, presidente de River.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Al mes lo vendieron a Chacarita. Allí hacía caños,
metía goles y jugaba con la tranquilidad que tenía al borde de la
cancha en Jujuy. Estuvo dos años y era capitán indiscutido. Juan
Carlos "Toto" Lorenzo, técnico de Boca, puso los ojos en
ese tucumano de 20 años, crack y pendenciero. Comiendo la sexta
porción de pizza, Salinas lo cuenta con entusiasmo. Dice que lo
cagaron con el pase, pero que no le importaba nada. Quería jugar en
su Boquita. </span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Nunca supe cuánta guita pagaron por mi pase. Sé
que el presidente se quedó con el 15 por ciento que me correspondía.
¡Pero no me importaba nada! Total después recuperaba la guita. Con
Boca hice un contrato importante. Cobraba cuatro o cinco veces más
que en Chacarita, tenía viajes, amistosos… En Boca se te abre la
cabeza. </span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Con ese pase se le cumplió el sueño del pibe.
Salinas recuerda el episodio hablando de sí mismo en tercera
persona, como Maradona.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Salinas se puso la titular de Boca y no se la sacó
más –dice y da golpes en la mesa.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Salinas gambeteó a cuatro e hizo un golazo –sigue
con el pecho inflado.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">En otra entrevista, días después, dirá que fueron
cinco adversarios. Las imágenes de ese partido se encuentran en
YouTube, en blanco y negro. Se ve a Salinas después del gol, en una
carrera loca de alegría, abrazando a sus compañeros. Salinas fue
feliz en Boca. Allí lo fue todo. Allí ganó todo. Allí conoció la
gloria. Cuando cuenta la historia, el mozo del bar gesticula detrás
de él. Deben haber escuchado la historia algunas veces.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Ganamos el Torneo Metropolitano, la Copa
Libertadores y la Intercontinental. La gente de Boca no se olvida más
de nuestra generación. Los de ahora –los Riquelme, los Barros
Schelotto y todos esos- son olvido. Se acuerdan de nosotros. Hay
gente que me ve en la calle o en el subte y me dice: “Usted sigue
siendo el ídolo de Boca. Usted es Salinas” –se vanagloria
mientras apura una medialuna. Es la hora de la merienda.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Para el “Loco”, ese gran momento de gloria fue
la final de la Copa Intercontinental entre Boca y el Borussia
Mönchengladbach. Fue empate en el partido de ida. La revancha se
jugó en Alemania en agosto de 1978. El equipo argentino ganó tres a
cero, con un golazo de Salinas.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Algunos días después, voy a buscarlo por segunda
vez para que me cuente cómo fue ese partido. Toco timbre y baja al
minuto. A 34 años de aquel gol, lo recuerda como si fuese hoy.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Eso fue todo. Formábamos con Gatti, Pernía,
Tesare, Bordón, Suárez, Suñé, Zanabria, Mastrángelo, Saldaño,
Felman y yo. ¡Qué equipo!</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Te acordás cómo fue el gol?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¡Cómo no me voy a acordar! Sacó Gatti. Se la dio
a Zanabia. El me la pasó a mí, que estaba a mitad de la cancha. Y
ahí arranqué gambeteando. A uno, a dos, a tres, a cuatro, a cinco.
Hice un golazo.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Salinas termina el relato imitando a José María
Muñoz, el locutor que viajó a Alemania para cubrir el partido. Le
brillan los ojos. Se pone las manos en la comisura de los labios para
crear un efecto de resonancia. Todo suena lejano y épico, en blanco
y negro.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><i>-Semejante gol, Salinas. Es para colgarlo de un
cuadro. Tucumano, tucumano, tucumano</i> –lo imita. Y cuenta que
tiene el casete grabado.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Lo volviste a escuchar?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Sí, sí, cada tanto lo pongo en el radiograbador.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-Pz2_xlxPbRe613LZOO5r1dFnP_SYRxplhP1hNfmQ-LIkN4FSVeo_wMES6yq_HSjCjx6B23ZmVhfQ_IcYyJHKuuv0iMHQMM4yc67MPX5WzLQCeSLpW7RIsKgOjSePQhng0xnrs9yj-bNi/s1600/salinas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-Pz2_xlxPbRe613LZOO5r1dFnP_SYRxplhP1hNfmQ-LIkN4FSVeo_wMES6yq_HSjCjx6B23ZmVhfQ_IcYyJHKuuv0iMHQMM4yc67MPX5WzLQCeSLpW7RIsKgOjSePQhng0xnrs9yj-bNi/s320/salinas.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div align="JUSTIFY">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Salinas jugó en Boca desde 1978 a 1980. Fue un
romance tan intenso como tormentoso. De gira, eran constantes las
llegadas tarde del “Loco”. Después de ganar la Copa
Intercontinental y con el desafío de retener la Libertadores, Boca
jugó en el torneo local contra Huracán. En el medio del partido,
Salinas agarró del cuello al árbitro Abel Gnecco y lo suspendieron
por 25 partidos. La vuelta a las canchas le duró dos partidos y en
el tercero fue expulsado contra Estudiantes de la Plata. Volvió en
1980, pero en el medio de un amistoso se sacó un botín y se lo tiró
a un hincha. El “Loco” estaba haciendo honor a su apodo. Su
salida de Boca era un hecho. “Me expulsan porque soy impulsivo y no
soporto las injusticias”, declaró en una nota publicada en Clarín
en 1981. Pero ya era tarde.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="LEFT">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="LEFT">
<span style="font-family: inherit;">Mientras Salinas se hacía expulsar tontamente, los
hinchas llenaban las canchas para ver jugar a otro pibe que la
rompía: Diego Armando Maradona.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="LEFT">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">En lo que fue la transferencia más resonante de la
historia del fútbol argentino, el club de La Ribera le pagó a
Argentinos Juniors dos millones y medio de dólares y cedió los
pases definitivos de cuatro jugadores: Carlos Randazzo, Osvaldo
Santos, Eduardo Rotondi y el indisciplinado Salinas.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Por ese pase me dieron 250 mil dólares en la mano.
Era buena guita era. Pero lo mismo pensé: ¡Qué suerte puta la mía!
Me quedé varios años en Boca y justo ahora tiene que venir el mejor
del mundo. ¿Por qué me tengo que ir yo y no otro? Cuando llegué a
Argentinos me dieron medias rotas y las canchas eran un desastre. Me
quería matar. </span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">En Boca, Salinas ganaba campeonatos y en Argentinos
Juniors peleaba por el descenso. Con un gol suyo, el “Bicho” se
salvó de caer en la B Nacional. Pero él se quería ir. Buscaba
volver a Boca o a otro club grande. Lo compró Independiente, donde
tuvo un paso sin gloria. Y de ahí a Independiente de Medellín,
donde lo apodaron “El Pájaro Loquillo”. Su única motivación,
en aquellos años, era el dinero. El fútbol colombiano, a inicios de
la década del 80, no tenía prestigio pero sí excelentes contratos
porque la mayoría de los clubes estaban manejados por los carteles
del narcotráfico. </span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Después de tres años en Colombia, pasó a Racing
de Córdoba. Y de ahí tuvo una brusca caída a Alumni de Villa
María, en la liga cordobesa de fútbol. Hizo un intento más en
Medellín y luego su hermano lo convocó a Gimnasia y Esgrima de
Jujuy en la B Nacional. Jugó sólo dos partidos.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Mi hermano era técnico del club. Jugábamos contra
Quilmes. Recibí una pelota solo en el área, frente al arquero.
Tenía mil opciones para definir. Era un gol que mi vieja con tacos
altos hacía. Y la tiré afuera.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><span style="font-family: inherit;">Salinas se amarga de nuevo y estira los brazos, como si la barra
del bar que está tan cerca fuese el arco. La tristeza se instala en
sus ojos.
</span><br />
<span style="font-family: inherit;">
</span><span style="font-family: inherit;">-Cuando terminó el partido, pensé: Carlos Salinas no puede errar
este gol. Dije chau. Colgué los botines. No jugué más. Que se
vayan todos a la mierda.</span><br />
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Diario Clarín, 6 de mayo de 1987. “Apresan por
narcotráfico al ex futbolista Salinas. El juez le dictó prisión
preventiva como autor <i>prima facie</i> de comercialización de
estupefacientes, a raíz de haberse hallado 30 gramos de cocaína en
su domicilio, una cantidad de picadura de marihuana y una balanza
fraccionadora”.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Le correspondía una pena de tres a doce años de
prisión, pero pasó cuatro meses en el Pabellón 49 del penal de
Villa Devoto. Salinas dice que le hicieron una cama.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Fue la peor cagada que me mandé. Yo andaba de
noche en esos años. Fui a un boliche de la avenida Santa Fe y me
levanté a una mina. Estaba linda la guacha. De boludo la llevé a mi
casa y le invité merca. Yo no tomaba nunca. Tenía para convidar
nomás. Volvió al otro día y ahí cayó la cana.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Y la balanza, Horacio?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Era para pesar cartas. Hay mucha gente que me manda
cartas. Son mis admiradores.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Cómo fueron esos cuatro meses?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Bien… sin problemas. Me esperó el director de
seguridad y dijo: “Él es Salinas, ídolo de Boca, no lo van a
poner con los otros”. La pasé bien, tenía visita todos los días.
Pero las cosas comenzaban a cambiar. Antes, la policía me cuidaba. Y
después me metía adentro.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;"></span><span style="font-family: inherit;">Diario Popular, 27 de octubre de 1988.“El ex crack
de Boca Carlos Salinas quiso arrojarse de un piso once. Víctima de
una intensa crisis depresiva que lo venía jaqueando desde el momento
mismo que se separara de su esposa, el ex futbolista intentó
quitarse la vida, pero la oportuna intervención de familiares y
vecinos impidieron que se arrojara”.</span><span style="font-family: inherit;"></span>
<span style="font-family: inherit;"></span><span style="font-family: inherit;"></span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Salinas dice que fue todo una mentira, que lo
quieren perjudicar. Sí recuerda que su compañero en Boca, Rubén
Suñé, se tiró de un séptimo piso en junio de 1984, con tanta
(buena o mala) suerte que cayó en un toldo y se salvó.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Pero yo no, nunca. Ni de un sótano me puedo tirar.
Yo tomo la vida como viene. También dicen que soy alcohólico, que
ando tirado, que soy un pobre infeliz. La gente ni me conoce. Yo no
jodo a nadie. Con los únicos que hablo es con estos boludos del bar
y con vos.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="CENTER">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Salinas se retiró a los 31 años y hoy tiene 58.
Lleva más de un cuarto de siglo como ex futbolista. No tiene ni
busca trabajo. Ahora vive en un departamento de Caballito –lo único
que le queda- lleno de cosas que no son suyas porque decidió echar
violentamente a unos inquilinos morosos. Cobra una jubilación de
Boca y dice que no necesita nada más. Las palabras son de un monje
despojado, pero los gestos –por momentos- están cargados de
bronca.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-No quiero laburar. No tengo ganas. Lo mío ha sido
el fútbol y chau. Nada más. Es lindo ganar mucha plata y toda la
que gané me la gasté yo solito. Así como he venido de Tucumán en
bolas voy a volver en bolas. Pero quién me quita lo bailao. Ahora,
¿pa qué quiero tanta guita? La gente habla de plata plata plata. Yo
necesito 40 pesos para pagar una pizza y yerba para el mate. ¿Pa qué
quiero un auto? ¿Adónde voy a ir? Antes tenías puteríos, cabaret,
minas lindas. Las llevabas a pasear, a tomar un café y te la cogías
bien. A las minas de ahora no las uso ni pa darme calor en los pies.
La vida de antes era linda, pero dura poco.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="CENTER">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Los días de Salinas son sencillos. Se levanta tipo
diez u once de la mañana. Se hace unos mates y toma el hilo de sol
que se arrima por la medianera. Al mediodía, cuando los edificios
tapan la luz, baja al bar de la esquina. Se pide media pizza, vuelve
a comer y se tira a dormir la siesta. Amanece por segunda vez a las
cinco o seis de la tarde. Ve un poco de tele y antes de medianoche
está en cama. Como si estuviese concentrado a la espera de un
partido importante, pero sin partido a la vista.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Vivo así lunes martes miércoles jueves viernes
sábado domingo. Y no hago más nada. Charlo con algunos pelotudos de
acá, con el peluquero y otros giles del barrio. Yo escucho lo que me
dicen, pero no me interesa nada una mierda.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Te dejó amigos el fútbol?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Ni uno. Cuando la carrera se termina, cada chancho
a su rancho. Nos juntamos solo una vez al año para celebrar la
Intercontinental. ¿De qué voy a hablar con mis ex compañeros? ¿Qué
les voy a preguntar? Ellos saben mi vida y yo sé la de ellos. Hay
una falta de comunicación entre nosotros. ¿Sabés por qué?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Por qué?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Porque adentro de la cancha vos te manejás con
gestos, con miradas. Y llegás a saber qué piensa y qué quiere el
otro con sólo mirarlo. Lo nuestro no es hablar.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Pero cuando te retirás tenés que hablar más,
¿no?
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Yo no tengo teléfono. No quiero hablar con nadie y
no quiero que nadie me hable. La gente está muy pelotuda. No te
cuenta nada interesante, no te dice nada, andan con miedo. Se toman
la vida muy a pecho. ¿Y qué es la vida? Decime vos. ¿Qué es?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-No sé, Horacio. ¿Qué es?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Nada es la vida.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Son las cuatro de la tarde en Caballito. La calle
donde vive Salinas tiene vereda ancha y árboles añejos. Salimos del
bar y me pide que lo acompañe a pagar una cuenta. Me agarra del
brazo, respira hondo el aire límpido e insinúa una sonrisa,
contento por el paseo.</span><span style="font-family: inherit;"></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;"></span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Ves, ahora puedo caminar tranquilo por la calle. El
día está hermoso y ando libre, sin que nadie me rompa las pelotas.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Después hace una pregunta, a modo de adivinanza,
pero no da tiempo para responder.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Cuál es la diferencia entre Batistuta y yo? La
guita. El es millonario pero no puede estar parado ni una hora porque
tiene las rodillas rotas.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Salinas sigue hablando mientras mira la calle, o los
árboles, o quizás nada en especial. Se hace de noche en Caballito.
Las luces arden como fatigadas luciérnagas.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-¿Qué hace Batistuta, decime vos?
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-No sé, ¿qué hace?</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Nada. Igual que yo.
</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Ahora me guiña el ojo: Salinas parece un perro
envejecido.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">-Todos los ex futbolistas estamos al pedo.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
</div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><div align="JUSTIFY">
<span style="font-family: inherit;">Fuente:
http://www.tucumanzeta.com/cronicas/20/la-caida-de-un-crack</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<br /></div>
<h3>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Por: <a href="http://www.tucumanzeta.com/redaccion/15/diego-jemio">Diego
Jemio</a> | Fotos: <a href="http://www.tucumanzeta.com/redaccion/14/martha-isabel-calle">Martha
Isabel Calle</a></span></span></h3>
<div align="JUSTIFY">
<br /></div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-78170407369492910292013-07-31T14:16:00.002-03:002013-07-31T14:19:53.352-03:00Una Moleskine y Kerouak<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/WKxUqgStyKk?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><i>La única gente que
me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir,
loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo
tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino
que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que
arañas entre las estrellas.</i> </span></span>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioNm0B31yzezI-nq3VQPBv0aLm2Krqr1vct9Vdej_EUhHuq-EcTyPyzz3_OdY3dc5T6ZLvvTYN2KkgfMUfW12aS5nv4evVu-TQwQ3qBPptTs4XJnfN7q0hj6Xx051mzUysnt4YtqvmxELN/s1600/Jack-Kerouac-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioNm0B31yzezI-nq3VQPBv0aLm2Krqr1vct9Vdej_EUhHuq-EcTyPyzz3_OdY3dc5T6ZLvvTYN2KkgfMUfW12aS5nv4evVu-TQwQ3qBPptTs4XJnfN7q0hj6Xx051mzUysnt4YtqvmxELN/s320/Jack-Kerouac-2.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">JACK KEROUAC, CREDO Y
TECNICA DE LA PROSA MODERNA (Extracto)</span></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">(Lista de la
condiciones esenciales)</span></span><br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">1. Libretas secretas
garrapateadas y páginas frenéticas mecanografiadas para tu
exclusivo placer.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">2. Acoge todo signo,
ábrete, escucha.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">3. Evita emborracharte
cuando no estás en casa.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">4. Sé amante de tu
vida.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">6. Sé poseído de una
ingenua santidad del espíritu.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">7. Respira, respira
tan fuerte como puedas.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">8. Escribe lo que
quieres infinitamente, brota del infinito de tu alma.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">10. No más tiempo
para la poesía, en su lugar lo que es.</span></span>
<br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">12. Permanece en
trance, inmóvil, sueña con el objeto que está ante ti.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">14. Al igual que
Proust, sé fanático del tiempo.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">15. Relata la historia
verdadera del mundo en monólogo interior.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">17. Vive tu memoria y
tu asombro.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">18. Sal del fondo de
tu ser, y con los ojos muy abiertos lánzate al mar del lenguaje.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">19. Acepta perderlo
todo.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">24. Suprime el miedo y
la vergüenza ante la integridad de tu experiencia, de tu lengua y de
tu saber.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">25. Escribe para que
el mundo lea y vea la imagen precisa que tienes de él.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">26. Un libro-film, un
film de palabras, he ahí la forma norteamericana de visión.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">28. Creación salvaje,
sin límite, pura, surgida de las profundidades, a ser posible
alucinada.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: small;">29. Tú eres un genio,
siempre.</span></span><br />
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<br />Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-12752175963186830932013-07-24T23:41:00.003-03:002013-07-24T23:50:21.234-03:00Conversaciones con el Flaco.<!--[if gte mso 9]><xml>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves>false</w:TrackMoves>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:DrawingGridHorizontalSpacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing>
<w:DrawingGridVerticalSpacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing>
<w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>
<w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:DontAutofitConstrainedTables/>
<w:DontVertAlignInTxbx/>
</w:Compatibility>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="276">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]-->
<!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;}
</style>
<![endif]-->
<!--StartFragment-->
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRZ8imgz2sp3c2QJlwjpbdbpTw7odlTAhJQT57yEjeBDAXYD4saOGC6VqeFlosi8IQl49-BxX1sVtX_wJqIx785wNfF0jimGRpQIfky2Y08HmC6VBrY_qRRRpKlkNW5926VWcCCZvbLub4/s1600/jcdiaz-martropia-conversaciones-con-spinetta_MLA-F-3968469886_032013.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRZ8imgz2sp3c2QJlwjpbdbpTw7odlTAhJQT57yEjeBDAXYD4saOGC6VqeFlosi8IQl49-BxX1sVtX_wJqIx785wNfF0jimGRpQIfky2Y08HmC6VBrY_qRRRpKlkNW5926VWcCCZvbLub4/s400/jcdiaz-martropia-conversaciones-con-spinetta_MLA-F-3968469886_032013.jpg" width="265" /></a></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt; text-align: center;">El siguiente </span><span style="font-family: JansonText;"><span style="font-size: 17px;">extracto pertenece al comienzo del libro "martropía" de Juan Carlos Diez.</span></span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText;"><span style="font-size: 17px;">Un libro publicado hace algún tiempo pero que además de conseguirse nos sumerge como si el flaco Spinetta nunca se hubiese ido de este mundo. Ahora que lo pienso no se ha ido, sus canciones y su poesía siguen girando y nos siguen gustando como la primera vez.</span></span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt; text-align: center;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt; text-align: center;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt; text-align: center;">Sospecho que las obras saben
más de sus autores que ellos mismos. Así como los sueños siempre son más
pro- fundos que su tardía reflexión. El creador es un testigo perplejo que
intuye la llegada de ciertas bandadas. Un so- litario en la salina que modifica
las sombras, los trazos de aquellos aleteos. Pocos conocen ese arte. Spinetta
es uno de ellos.</span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">Hace casi quince años me
acerqué a Luis Alberto in- tentando conocer a la persona que ideaba ese
andamiaje flotante de melodías y textos. Quería comprender el ori- gen de esa
cosmogonía nutrida de composiciones poéti- cas. Vanos intentos, tal vez. El
creador es una mirada. Y no tiene respuestas. Pero, tarde o temprano, llega a <i>mar-
tropía, </i>el estado de ensueño producido por la visión súbi- ta de
puentes amarillos. Y el vértigo que sobreviene al cruzarlos. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">Compartí muchas horas con el
Flaco. Y en estos últi- mos cinco años, cuando la idea del libro tomó forma,
tra- jiné cuadernos atiborrados de preguntas, acumulé casetes y notas, y con
el girar de las palabras, ansiosas o mesura- das, vertiginosas o calmas, según
el ritmo conferido por sacapuntas o clavijeros, vi menguar decenas de lápices
y consumirse pilas de pilas. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">En más de una madrugada tuve
el privilegio de escu- charlo en la quietud de una cocina aromada de azafrán,
de compartir como un regalo sus canciones, algunas, incluso, sin terminar.
“Pero mirá adónde va esta melodía”, me co- mentó una vez, ocupado en
descifrar el bosquejo que ha</span><span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt;">bía delineado en una guitarra
eléctrica desenchufada que sonaba a él.*</span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">En aquellos momentos, sus dedos
de uñas casi invisi- bles se tiznaban del rumor de cuerdas nuevas y de
especias que se confundían en la mesada donde preparaba platos exóticos. A
veces, los golpes de cuchillo se filtraban en el grabador junto a su voz de
crispación o remanso, de pro- longados silencios, de alegría o sarcasmo. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">Las cenas, casi siempre
preparadas por el Flaco, eran un recreo antes de seguir trabajando en el libro.
Luis Al- berto, siempre irónico, especialmente consigo mismo, sa- bía cómo
hacerme reír. Por ejemplo, cantando <i>a capella </i>“Soy un buen beatle”, un
tango de su autoría que inter- pretaba en ese estilo melodramático y absurdo,
propio de muchos tangueros. También compartíamos algunas lec- turas o
escuchábamos música. Recuerdo haberle copia- do, además de un disco de él
mismo que no tenía, un </span><span style="font-family: JansonText; font-size: 9.0pt;">CD
</span><span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">que le gustó
mucho. Era <i>Cumbia Jazz Fusion, </i>de Charles Mingus. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">En algunas ocasiones lo vi
trabajar en el estudio o con su grupo en los ensayos. Allí descubrí al
músico preocupa- do por llevar adelante sus ideas con el entusiasmo de quien,
lejos de recostarse en sus logros, prefiere cambiar de piel y adentrarse una vez
más en la montaña hasta en- contrar el cuarzo fulgurante de las nuevas
creaciones. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">En nuestros encuentros
nocturnos, de largas horas de charla, el Flaco tenía siempre a mano su
guitarra acústica, que tocaba distraídamente, hasta que una secuencia de acordes
nos traía la brisa de un jardín sin tiempo. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">Me llevó muchos años pedirle
que cantara una can- ción. Interrumpir esa hoja de ruta trazada en forma alea-
toria según su deseo inmediato. ¿Por qué hay paisajes so</span><span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt;">noros, imágenes tan inertes
como poderosas que quedan grabadas en nuestra memoria y nos transforman? </span><br />
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt;">Un
día le pregunté si se acordaba de “Tanino”,* un tema inédito que siempre
recuerdo a pesar de haberlo escuchado sólo dos veces en vivo, hace muchos
años.</span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">“Esa no me la voy a olvidar
nunca”, me contestó, an- tes de cantarla sentado al borde de la silla, como
hacen los músicos cuando están ensimismados. “‘Tanino’ la escribí en la
Navidad del 77, con Dante en la cuna. Recién nos habíamos separado con Invisible”.
</span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">No siempre recordaba sus
propios temas con tanta precisión. Por momentos olvidaba fragmentos de las le-
tras o algunos acordes, que resolvía enseguida. A veces comenzaba a tocar
algún tema de los primeros discos y, sonriendo por mi cara de asombro, me
confesaba que hacía unos días lo había “sacado todo”. Hablaba en serio, como
si la canción la hubiera escrito otro. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/qtvhFjXwrGI?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"> (escuchá Tanino 1977)</span><br />
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt;">Siempre le quitó solemnidad a
su obra, a su trayectoria. “Es que yo no soy un fanático mío”, me decía.
Sin embargo, ahí están sus huellas profundas, sus caminos serpenteantes
recorriendo territorios tan cercanos co- mo misteriosos; ritos de pasaje
sostenidos por el apasio- namiento y la creación de una forma propia de
belleza que abarca no sólo letras y músicas, sino también la esté- tica
sonora con que se presentan.</span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">A veces asocio sus creaciones
con determinados cuadros impresionistas: bloques de color bien acentua- dos,
visión poética, tensión y trazos delicados. ¿Servirán las coordenadas
geodésicas para mensurar aquello que por sus características únicas
resplandece como un “man- zano en la nada”?** ¿Presentirá la ciudad de
carbonilla, de avenidas solitarias, la llegada de sus nuevas creaciones? </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">Sus canciones —no podría haber
sido de otra mane</span><span style="font-family: JansonText; font-size: 13pt;">ra— fueron la llave para abrir
las ventanas de sus pensamientos, contradicciones y sentimientos expresados
entre los claroscuros que toda obra verdadera conlleva.</span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">“Hay días en que tengo el
escepticismo de ver quién soy realmente”, me confesó con voz grave aquella
ma- drugada, antes de entusiasmarse como un adolescente to- cando nuevas
melodías aún sin letras. Regresaba de un viaje y su valija estaba apenas
abierta. “Las canciones son sólo paraísos artificiales”, susurró inocente,
intrigante. </span></div>
<div style="margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;">Y se perdió en la salina. </span><br />
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText; font-size: 13.0pt;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText;">* La guitarra es una Samik coreana, jazzera, de media caja, que Luis Alberto sólo usa para componer o tocar en el estudio, no para hacer- lo en vivo. “Tenés que tener el toque, el sonido bien jazzero para usarla, y yo no lo tengo”.</span><br />
<span style="font-family: JansonText;"><br /></span>
<span style="font-family: JansonText;"><br /></span>
<br />
<div style="background: white; margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText;">* En adelante, las negritas en el título del tema indican que la letra completa se consigna en el Apéndice.</span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .1pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: .1pt;">
<span style="font-family: JansonText;">** Tomado de “No te busques ya en el umbral (Umbral)”</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<!--EndFragment-->Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-1091091432110996622013-07-19T19:50:00.000-03:002013-07-19T19:50:11.535-03:00Escari, Vila Matas, el mayo francés y la revolución tecnológica.
<!--[if gte mso 9]><xml>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves>false</w:TrackMoves>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:DrawingGridHorizontalSpacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing>
<w:DrawingGridVerticalSpacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing>
<w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>
<w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:DontAutofitConstrainedTables/>
<w:DontVertAlignInTxbx/>
</w:Compatibility>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="276">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]-->
<!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;}
</style>
<![endif]-->
<!--StartFragment-->
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 15.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH2_P97pUZ66ABVBoV_k0INi_fxdswvkR0zoP5yCj5GpVOAJa_GK5y48OQINBLucYAlyYuc89UU8sbtgpv7wUg2rhIoXSSuyJCaxmFKa2swmvZcTpypw_yCziDKeMj3-eHv4m6rjUr2bzY/s1600/images.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH2_P97pUZ66ABVBoV_k0INi_fxdswvkR0zoP5yCj5GpVOAJa_GK5y48OQINBLucYAlyYuc89UU8sbtgpv7wUg2rhIoXSSuyJCaxmFKa2swmvZcTpypw_yCziDKeMj3-eHv4m6rjUr2bzY/s1600/images.jpeg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 15.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: inherit; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 15.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: inherit; font-size: 14pt;">El autor de aquel famoso eslogan del Mayo francés
que decía "Sed realistas, pedid lo imposible" fue Raúl Escari. Le vi
a Raúl este verano en Buenos Aires y, tras una agitada conversación, terminó
por recomendarme, sin duda irónicamente, un libro de Michio Kaku, </span><i style="font-family: inherit; font-size: 14pt;">Física de
lo imposible</i><span style="font-family: inherit; font-size: 14pt;"> (Debate), que, según dijo, ilustra cómo ha pasado el tiempo,
40 años, desde la Revolución, y cómo ya no hay que pedir lo imposible, lo
tenemos simplemente aquí, a la vuelta de la esquina. Claro está que tenerlo
aquí ha dejado pulverizada la materia tierna de nuestros sueños de antes. Ahora
lo imposible ha ampliado su espectro y, según pasan los años, en lugar de
aspirar a grandes conquistas sociales (concebíamos, por ejemplo, un mundo
utópico, ya no sin edad de jubilación, sino directamente sin nadie obligado a
trabajar), se centra en cuestiones ligadas a la panacea electrónica, a la gran
lámpara de Aladino de la alta tecnología. Ahora el mundo de lo imposible se
pregunta si algún día podremos desplazarnos a un lugar en un instante (quizás
parpadeando, haciendo funcionar uno de los chips que llevaremos incorporados),
crear máquinas de movimiento perpetuo, leer el pensamiento ajeno (en Utah han
leído ya en las ondas cerebrales de más de un paciente), viajar en el tiempo,
ser invisibles.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 15.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: inherit;">Estábamos en la terraza de La
Biela, en la Recoleta. El día era nítido, sin nubes, con vocación de visible.
"Deberías escanear tu ropa. Puede que te estén espiando, que lleves
nanosondas", dijo Raúl, queriendo seguramente mostrarme que sigue siendo
una autoridad en el tema de lo imposible, pero en cualquier caso advirtiéndome
de algo nada descabellado. ¿O acaso hemos de considerar inverosímil que
civilizaciones avanzadas, que dominan la Nanotecnología -ciencia del control y
manipulación de la materia a una escala menor que un micrómetro-, hayan enviado
ya a la Tierra robots de tamaño molecular y nosotros ni nos hayamos enterado?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: inherit;">"Creo que las nanosondas son un método de
indagación mucho más práctico que las naves espaciales", concluyó un
temerario Raúl. Y ya solo le faltó añadir que los ovnis -toda aquella
parafernalia asustando a nuestros pobres campesinos- eran pura antigualla. La verdad
es que, con su mezcla de ironía y realismo de lo imposible, terminó logrando
que, a mi regreso de Buenos Aires, no tardara nada en leer <i>Física de lo
imposible,</i> donde Kaku anuncia un inmediato futuro con paredes inteligentes
a las que formular preguntas, lentillas con realidad aumentada, chips a un
céntimo insertados en todo tipo de objetos, ordenadores controlados por la
mente. Kaku lo ve todo factible, aunque sea para dentro de un millón de años.
Pero sus zumbidos de euforia tecnológica le hacen caer -gran paradoja- del lado
del viejo mundo de las fábulas, en el universo idílico de la lámpara de
Aladino. Y ya se sabe que, desde que se supo de su existencia, la lámpara no ha
cesado de evidenciar lo poco preparada que anda la humanidad a la hora de
administrar con inteligencia el poder de las energías extraordinarias que ella
ofrece. Es lo que Ernst Jünger definió como "el problema de Aladino".
Al igual que en el cuento de la lámpara, el problema está en nosotros mismos,
incapaces de ir hacia un mundo verdaderamente libre, por mucho que la luz de la
fábula -ahora tecnológica- proyecte maravillas. Kaku decide ignorar que existe
ese problema y describe un ridículo porvenir perfecto, sin la traba del factor
humano que tanto lo enredaría todo. Dibuja un futuro sin los defectos morales y
demás averías humanas que frustraron a las sucesivas generaciones de realistas
que pidieron lo imposible y que, como Raúl, autoridad todavía en la que fuera
tan tierna materia, se encontraron con el problema y mordieron el polvo, y
ahora leen a Kaku incrédulos, el rostro demudado, la ironía a duras penas
contenida.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: inherit;">Lo imposible, Enrique Vila Matas. </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: inherit;">9 de noviembre de 2010.</span></span></div>
<!--EndFragment-->Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-85729331262760819362013-07-16T02:15:00.001-03:002013-07-16T02:15:15.800-03:00Conversación entre Roberto Bolaño y Ricardo Piglia<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOsIDNsZRQu8KmCKbfwr9pLVxhvFoP2sJvN7ny7-fYc_FZYK3FNZFA-HTDxP_-k0cwlAAWkwtJ1DKxceUDT3ci0FWB-JdN4aSdM-WzoKH99NdfGhNwBxfEkgt7CotHz5HoNYfmGhIaQO2B/s1600/Ricardo+Piglia.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOsIDNsZRQu8KmCKbfwr9pLVxhvFoP2sJvN7ny7-fYc_FZYK3FNZFA-HTDxP_-k0cwlAAWkwtJ1DKxceUDT3ci0FWB-JdN4aSdM-WzoKH99NdfGhNwBxfEkgt7CotHz5HoNYfmGhIaQO2B/s320/Ricardo+Piglia.png" width="212" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7kEc-Qyv62W7Fdo2508tuV2_0pEX0wDPpPAWLWarhmewXJq717NCOkIvptRFwc4zXVve2KqBpjE2yAeRihzfH7ochzgUlp5roeyN00UgLPYROfqVMs2ZlbRiWOzxVOUyWsSXMXO1kdyyz/s1600/Unknown.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7kEc-Qyv62W7Fdo2508tuV2_0pEX0wDPpPAWLWarhmewXJq717NCOkIvptRFwc4zXVve2KqBpjE2yAeRihzfH7ochzgUlp5roeyN00UgLPYROfqVMs2ZlbRiWOzxVOUyWsSXMXO1kdyyz/s1600/Unknown.jpeg" /></a></div>
<br style="background-color: #cccccc; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 13px; line-height: 20px; text-align: left;" /><br />
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;">Frente a las propuestas narrativas, tan familiares ya, de los escritores latinoamericanos vinculados al célebre boom, han llegado en los últimos tiempos a España desde aquellas zonas registros literarios radicalmente distintos. Al leer a Ricardo Piglia o a Roberto Bolaño, parece que formaran parte de una galaxia totalmente ajena a aquella que propició las obras de autores como Vargas Llosa, Fuentes, García Márquez o Donoso. Los hemos reunido (virtualmente) para que conversen entre ellos. Bolaño desde Cataluña, Piglia desde California: el hilo conductor es el correo electrónico, y las cuestiones de las que hablar, todas las posibles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Roberto Bolaño</b>. Querido Piglia, ¿te parece bien si empezamos hablando de algo que dices en <i>La novela polaca</i>? "¿Cómo hacer callar a los epígonos? (Para escapar a veces es preciso cambiar de lengua)". Tengo la impresión de que en los últimos veinte años, desde mediados de los setenta hasta principios de los noventa y, por supuesto, durante la nefasta década de los ochenta, este deseo es algo presente en algunos escritores latinoamericanos y que expresa básicamente no una ambición literaria sino un estado espiritual de camino clausurado. Hemos llegado al final del camino (en calidad de lectores, y esto es necesario recalcarlo) y ante nosotros (en calidad de escritores) se abre un abismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Ricardo Piglia</b>. Cambiar de lengua es siempre una ilusión secreta y, a veces, no es preciso moverse del propio idioma. Intentamos escribir en una lengua privada y tal vez ése es el abismo al que aludes: el borde, el filo, después del cual está el vacío. Me parece que tenemos presente este desafío como un modo de zafarse de la repetición y del estereotipo. Por otro lado, no sé si la situación que describes pertenece exclusivamente a los escritores llamados latinoamericanos. Tal vez en eso estamos más cerca de otras tentativas y de otros estilos no necesariamente latinoamericanos, moviéndonos por otros territorios. Porque lo que suele llamarse latinoamericano se define por una suerte de anti-intelectualismo, que tiende a simplificarlo todo y a lo que muchos de nosotros nos resistimos. He visto esa resistencia con toda claridad en tus libros, y también en los de otros como DeLillo o Magris, que escriben en otras lenguas. Me parece que se están formando nuevas constelaciones y que son esas constelaciones lo que vemos desde nuestro laboratorio cuando enfocamos el telescopio hacia la noche estrellada. Entonces, ¿seguimos siendo latinoamericanos? ¿Cómo ves ese asunto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Bolaño.</b> Sí, para nuestra desgracia, creo que seguimos siendo latinoamericanos. Es probable, y esto lo digo con tristeza, que el asumirse como latinoamericano obedezca a las mismas leyes que en la época de las guerras de independencia. Por un lado es una opción claramente política y por el otro, una opción claramente económica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Piglia.</b> Estoy de acuerdo en que definirse como latinoamericano (y lo hacemos pocas veces, ¿no es verdad?; más bien estamos ahí) supone antes que nada una decisión política, una aspiración de unidad que se ha tramado con la historia y todos vivimos y también luchamos en esa tradición. Pero a la vez nosotros (y este plural es bien singular) tendemos, creo, a borrar las huellas y a no estar fijos en ningún lugar. En estos días, estoy viviendo en California, en Davis, cerca de San Francisco, donde todo se entrevera, como sabes bien: los recuerdos del viaje al Oeste de la <i>beat generation</i>, con las novelas de Hammett, y los barrios paranoicos que describió Philip Dick conviven con la intriga de la cultura latina (en cada rincón de La Misión en San Francisco, en el Barrio invadido hoy por los jóvenes millonarios del Silicon Valley, hay una figura o una imagen, un mural, una taquería, una bodeguita que tiene más color local que todo el color local que pudo imaginar Lowry, borracho, al pasear por Cuernavaca). De modo que aquí por contraste me siento un escritor digamos ítalo-argentino (un falso europeo, otro europeo exiliado). No creo que existan esas categorías en las historias de la literatura (están los ítalo-americanos, claro, pero se dedican al cine). Para mejor, estoy leyendo a W. H. Hudson (<i>Días de ocio en la Patagonia</i>), otro falso argentino, un europeo que nació en Quilmes, en la provincia de Buenos Aires, y se crió entre gauchos hablando de lo que fue seguramente una versión prehistórica del <i>spanglish</i>. Y que a la vez escribía, ya lo sabemos, una de las mejores prosas inglesas que se puedan encontrar. Mejor que Conrad, a veces, menos barroco, más nítido, una extraña versión de Conrad, no sólo por la calidad de su prosa, y porque eran amigos, sino porque Hudson estuvo siempre desajustado y solo y fuera de lugar, como el polaco. Pero me estoy extendiendo. Me gustaría saber qué estás leyendo en estos días.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Bolaño.</b> La última novela de Mendoza, <i>La aventura del tocador de señoras</i>, que me parece una novela muy buena. Pero permíteme que añada algo en relación a Hudson, un autor que leí muy joven. Yo creía entonces que Guillermo Hudson escribía en español y después de leer tres libros suyos me di cuenta de que escribía en inglés porque vi el nombre del traductor. No conozco bien la literatura argentina de finales del siglo XIX, pero tengo la impresión de que Hudson es uno de sus grandes prosistas. Algo similar ocurre poco después en Chile, con los primeros libros de Huidobro, que están escritos en francés. O con Rodolfo Wilcock, que acaba escribiendo en italiano. Hay como una especie de reflujo o de huida en algunos escritores, que los lleva a buscar, a instalarse o a indagar en una lengua menos adversa. Claro, éste no es el caso de Hudson. ¿Tú has leído a Mendoza?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Piglia.</b> Me gustan mucho los libros de Mendoza, aunque no he leído la novela que estás leyendo. Es intrigante, es cierto, ese juego con las lenguas extranjeras y con las traducciones. Para mí, Hudson y Gombrowicz producen efectos raros en la literatura argentina porque hacen entrar una voz próxima, un fantasma familiar, que se mueve invisible en un terreno conocido. Hay una tensión entre lo que se lee en la lengua propia y lo que se lee fuera de la lengua materna. Y los traductores están en esa frontera. Me interesa mucho la vida de los traductores, son un molde extraño de escritor. Ligado a Hudson, estoy leyendo ahora una biografía de Constance Garnett, una mujer fantástica que se pasó la vida traduciendo a los rusos al inglés. Imagínate que tradujo todo Tolstói y todo Dostoievski y terminó, por supuesto, medio ciega, una viejita feminista, muy simpática. Casi todos los norteamericanos y los ingleses, de Hemingway a Forster, admiraban a Tolstói por medio de ella, aunque Nabokov la destestaba, claro que Nabokov detestaba a todo el mundo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Bolaño</b>. Estoy completamente de acuerdo contigo en la importancia de los traductores. Lo que dices de Constance Garnett me recuerda de alguna manera a Consuelo Berges, que tradujo todo Stendhal al español y que se convirtió seguramente en la principal autoridad sobre Stendhal que existe en nuestra lengua. Sus traducciones son extraordinarias. También pienso en Javier Marías, que no es una viejita devota de un autor concreto, pero que tiene una traducción de <i>Tristram Shandy</i>, de Sterne, ejemplar. Pienso que tal vez personas tan disímiles como Garnett, Berges o Marías deshacen en el aire el problema que planteaba Pound, que sólo un gran autor puede traducir a otro. En este caso, sólo Marías es un gran autor; Berges y Garnett, desde la óptica tradicional, no lo son, aunque también puede ser posible, y yo me inclino por esta solución imaginaria, que tanto la viejita inglesa como la viejita española sean, y no en el fondo sino delante de nuestras narices, grandes autoras invisibles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Piglia</b>. Tendríamos que hacer alguna vez una Enciclopedia Biográfica de Traductores Inmortales (e invisibles), ¿no sería sensacional? La inversa de la Enciclopedia de Tlön, algo más bien cercano a Manganelli o a las biografías imaginarias de Marcel Schwob, pero detalladas y reales, una lista de oscuros personajes extraordinarios, escritores asalariados que escriben a tantos centavos por palabra, los únicos verdaderos profesionales de la literatura, los nuevos folletinistas, que viven dedicados a la literatura, pero como escritores clandestinos, mal vistos y mal pagados, los verdaderos malditos, siempre postergados, siempre ausentes, y que por eso mismo serán quizá los grandes creadores del futuro. Serían pequeñas historias extraordinarias. Cortázar, que traduce todo Poe en una pequeña pieza de un pequeño hotel en Roma; el gran Sergio Pitol, al que durante años admirábamos sólo porque había traducido a Gombrowicz; el extraordinario trabajo de Nicanor Parra, con el <i>Lear</i> de Shakespeare; Aurora Bernárdez, traduciendo <i>Pale Fire</i>. Tendríamos que conseguir un mecenas y dedicarnos a preparar esa enciclopedia infinita. Estoy seguro de que nos haría inmortales, y sería no sólo un acto de justicia sino una revelación y una versión cómica de la por sí cómica historia de la literatura. Hay mil ejemplos. Pienso por ejemplo en el general Bartolomé Mitre, que libró batallas múltiples y fue luego presidente de la República a mediados del siglo XIX y que se dedico a traducir <i>La Divina Comedia</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Bolaño</b>. <i>La Divina Comedia</i>, ni más ni menos. Bueno, no se puede decir que no fuera pertinente. Y sobre lo que dices de Sergio Pitol, estoy totalmente de acuerdo. El primer libro de Pitol que cayó en mis manos fue una traducción suya de un escritor polaco hoy bastante olvidado, Jerzy Andrzejewski. El libro se llamaba <i>Las puertas del paraíso</i> y su argumento era el mismo que ya había tratado Marcel Schwob en <i>La cruzada de los niños</i>. Otro dato curioso: en mi ejemplar de <i>La cruzada de los niños</i>, el traductor dedica su versión de la obra a Julio Torri, que es un escritor mexicano rarísimo (o normalísimo, depende desde dónde se le mire) y que fue un hombre de una modestia yo diría que patológica y un gran escritor de textos breves. De alguna manera, Torri fue como el reverso de Alfonso Reyes, la brevedad ante la multiplicidad. Pero dejemos la literatura mexicana. A mí me interesa muchísimo la visión que tienes de la literatura contemporánea argentina, con esos cuatro puntos de referencia que son Macedonio Fernández, Borges, Arlt y Gombrowicz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Piglia.</b> Macedonio es un escritor excepcional, una especie de Marcel Duchamp de la literatura. Practica un arte puramente conceptual, interesado más en el proyecto que en la obra misma. En realidad, la obra no es otra cosa que el proyecto. Trabajó toda la vida en una novela que sólo era la idea de una novela que nunca se empezaba a contar y que estaba hecha básicamente de prólogos y de anuncios. Borges aprendió todo de él, sobre todo, la inutilidad de desarrollar un argumento que se puede resumir y contar como si ya estuviera escrito. Pensaba en Macedonio el otro día cuando leí que Eric Satie no abría nunca las cartas que recibía, pero las contestaba todas. Miraba quién era el remitente y le escribía una respuesta. Encontraron las cartas cerradas en un altillo y las publicaron junto con las respuestas de Satie. La correspondencia es fantástica porque todos hablan de cosas distintas y ésa, por supuesto, es la esencia del diálogo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Bolaño.</b> Yo creo que las cartas de Satie muestran una cierta deferencia para con el interlocutor, es decir, no deja cartas sin contestar, pero el conjunto de la correspondencia más bien es una aceptación, razonable, eso sí, de la imposibilidad del diálogo, aunque también caben otras explicaciones, la más obvia sería la desconfianza de Satie en la palabra escrita, que me parece improbable pues Satie es uno de los músicos que más ha escrito. También existe la posibilidad de que Satie, conociendo a sus amigos, no considerara necesario abrir sus cartas, o lo considerara redundante. Es curioso, pero podemos encontrar más de una semejanza entre Macedonio y Satie, pero ninguna entre Borges y Satie. Y yo creo que esto se debe a que Borges no lo aprende todo de Macedonio, sino también, una parte importante, de Alfonso Reyes, quien lo cura para siempre de cualquier veleidad vanguardista. Macedonio es el riesgo, la audacia, el vanguardismo y el criollismo juntos, pero Alfonso Reyes es el escritor, la biblioteca, y el peso que tiene sobre Borges es importantísimo, tanto en el desarrollo de su poesía como en su prosa. Digamos que Reyes proporciona el elemento clásico a Borges, la mesura apolínea, y eso de alguna manera lo salva, lo hace más Borges.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Piglia.</b> Alguno de nosotros pensamos que quizá el siglo próximo será macedoniano, y que Borges estará ahí con el bello texto necrológico que leyó en la Recoleta, en medio de la tristeza general (lloviznaba en Buenos Aires), cuando hizo reír a los deudos con un chiste de Macedonio dicho en el entierro ("los gauchos fueron inventados para entretener a los caballos en las estancias"). Reyes era un caballero, leo siempre que puedo <i>El deslinde</i>. En cuanto al efecto Satie-Duchamp, creo que Borges es vanguardista como lector mientras que como escritor quiere ser clásico. En cuanto a la cortesía de Satie con sus amigos, es verdad que a los amigos se les contesta siempre y nunca importa lo que uno les diga en las cartas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Bolaño.</b> Sí, a un amigo se le contesta siempre, algo que a veces puede resultar terrible. Michel Tournier, en <i>El espejo de las ideas</i>, opone a la amistad el concepto del amor, y viene a decir algo como que todo lo que no toleraríamos jamás a un amigo, un acto de vileza, por ejemplo, lo toleramos y lo aceptamos en el amor, pues el amor, en ocasiones, y al contrario que la amistad, también se alimenta de la vileza, de la cobardía, de la bajeza. El amor, y la historia está llena de ejemplos que lo certifican, puede ser coprófago, algo que jamás es la amistad. Bueno, todo esto es relativo, por supuesto. William Burroughs zanja la cuestión a su manera, cuando afirma que el amor es una mezcla de sentimentalismo y sexo. Recuerdo que cuando leí esta declaración de Burroughs, a los veintipocos años, me sentí muy apesadumbrado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Piglia.</b> Los amigos son lo mejor de la poesía, decía siempre un poeta argentino, Francisco Urondo, que murió asesinado por la dictadura militar. Las amistades literarias tienen siempre un aire extraño. La amistad entre Alfonso Reyes y Borges, por ejemplo, o la amistad silenciosa y brevísima entre Beckett y Burroughs, que se encontraron en Suiza y estuvieron una tarde juntos casi sin decir nada, conversando sobre ciertos matices del inglés en Irlanda que intrigaban a Burroughs (Beckett casi no habló, sólo dijo una frase que Burroughs consideró siempre el mayor elogio que había recibido: "Usted es un escritor"). O la amistad de Hannah Arent y Mary McCarthy, fantástica, de la que nos ha quedado la correspondencia. O la amistad de Gombrowicz con el poeta Carlos Mastronardi, que discurría siempre del mismo modo. Mastronardi, que era un hombre muy fino y muy discreto, un gran noctámbulo y un extraordinario poeta que en toda su vida escribió un solo libro, lo esperaba en el Querandi, un café de Buenos Aires, tomando un té, y Gombrowicz llegaba siempre un poco apurado. Mastronardi lo recibía con gentileza y preguntaba "¿cómo está, Gombrowicz?". Y Gombrowicz le decía siempre: "Cálmese, por favor, Mastronardi". Como si Mastronardi se hubiera dejado llevar por una emoción excesiva por el solo hecho de saludarlo gentilmente. "Cálmese, Mastronardi", fue durante años una de las consignas de mi juventud. Por eso, en fin, quiero decirte que esta conversación va a ser el comienzo de una amistad, o la continuación de la amistad que hemos establecido ya con nuestros libros. Pienso ir a Barcelona en las próximas semanas y ojalá podamos vernos y por supuesto siempre puedes venir a visitarme a California.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="color: #333333; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit;"><b>Bolaño.</b> Yo también espero que nos podamos ver pronto, aquí o en cualquier parte.<o:p></o:p></span></div>
<div>
<span style="font-family: 'Book Antiqua', serif;"><br /></span></div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-27948826355919512992013-07-11T22:50:00.000-03:002013-07-11T22:50:13.668-03:00El toro salvaje de las pampas, Cortázar y un aniversario silencioso.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-u8NAGNoBJtt4NaRasY7xaSSsoD8pmadT79aov8mJV7M1dp1miALnDgags24I6Ae89oGUyqhhvBpEkMDa1bAJBA-9jnQhKeoHDkq4dtT66VLOC1w3Ie1ok-yDdZLEqhzR0pQnpuxd1uiU/s1600/Jack-Dempsey-vs.-Luis-Angel-Firpo.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-u8NAGNoBJtt4NaRasY7xaSSsoD8pmadT79aov8mJV7M1dp1miALnDgags24I6Ae89oGUyqhhvBpEkMDa1bAJBA-9jnQhKeoHDkq4dtT66VLOC1w3Ie1ok-yDdZLEqhzR0pQnpuxd1uiU/s320/Jack-Dempsey-vs.-Luis-Angel-Firpo.jpeg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: inherit;">Hace 90 años exactos, Luis Ángel Firpo, "El Toro
Salvaje de las Pampas", se preparaba para pelear con Jess Willard. "El
Gigante de Pottawatomie" era el único boxeador en aquellos tiempos más
racistas que había hecho honor en Estados Unidos al apodo de "La Gran
Esperanza Blanca", invocada por el escritor Jack London. Willard, sin
embargo, ya no era el mismo que en 1915 había "recuperado" la corona de
los pesados para la Norteamérica blanca al vencer en La Habana al negro
Jack Johnson con un polémico nocaut en el vigésimo sexto round. Pesaba
109 kilos y medía 2 metros, mucho más que los 97 kg y 1,89 m de Firpo.
Pero el 12 de julio de 1923 Willard afrontaba su última pelea y tenía 42
años, contra 28 de Firpo. "Yes, we have no bananas", la canción más
popular del momento, entretenía a los 102.000 espectadores que colmaron
el Boyle's Thirty Acres, en Nueva Jersey, para asistir a "La Pelea de
los Gigantes". Firpo ganó por nocaut en el octavo round. Fue la primera
pelea clave de las dieciocho (nueve de exhibición) que Firpo celebró en
1923. La que, dos meses después, lo puso ante el mítico campeón Jack
Dempsey. "La Pelea del Siglo", como se la llamó, registró nueve caídas
en apenas un round y medio. Cinco minutos que fueron canción, poema,
novela, pintura, ensayo y película. Sabemos casi todo sobre lo que
sucedió aquel 14 de septiembre de 1923. Mucho menos sabemos hoy sobre
Firpo.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">"Si uno mira fríamente su trayectoria, ve que Monzón,
por ejemplo, fue mucho más, pero Firpo, que comenzó levantando ladrillos
y terminó siendo uno de los principales hacendados de la Argentina,
rompió con ese destino marcado de pobreza-ídolo-derrumbe de los
boxeadores y se convirtió en un personaje que cruzó fronteras de 1910 a
1960, en la Argentina del tango, Gardel y Perón". Me lo dice el escritor
Carlos Piñeiro Iñiguez, autor de Luis Ángel Firpo, soy yo. Su libro, un
formidable fresco de la Argentina y del mundo en la primera mitad del
siglo XX, publicado hace unos días por Seix Barral, recrea por supuesto
la pelea contra Dempsey. Su principal objetivo, sin embargo, es recorrer
la vida del ex ladrillero que terminó siendo dueño de unas 12.000
hectáreas de campo, socio de la Sociedad Rural, Medalla de la Lealtad
Peronista y viviendo en Barrio Parque. Pero que muere a los 65 años del
mal de Chagas, obsesionado por cómo se lo recordará como ídolo popular
de la Argentina. Tanta fue su popularidad, que, días después de la caída
ante Dempsey, los dueños del Tecún Umán desecharon al mítico guerrero
maya y rebautizaron Luis Ángel Firpo a su equipo, actual campeón del
fútbol salvadoreño. Sus tres últimos técnicos fueron argentinos y el
principal grito de sus hinchas, "la Furia Pampera", sigue siendo hoy
"¡Luis Ángel Firpo!" o, simplemente, "¡Firpo, Firpo!".</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/JAG7kd-2XHc?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;">En sus peleas iniciales en Chile, Firpo prefirió que le
pagaran en porotos que terminó revendiendo en el Abasto o en
colecciones de libros editados en España que le permitieron triplicar la
bolsa. Ya más popular, recibido en el puerto por veinte mil personas
tras su primera gran gira por Estados Unidos, Firpo cobraba la entrada a
sus entrenamientos en el viejo Luna Park, actuaba en el teatro con
Florencio Parravicini, publicitaba suspensores Bike, relojes Omega y
chocolates Nestlé, publicaba la revista Firpo, aprendía inglés,
estudiaba caligrafía y recaudaba más de cien dólares por noche con las
fotos que le pedían sus fans en los "cabarutes" porteños. Visionario
como nadie, compró los derechos de filmación de su debut en Estados
Unidos, el 20 de marzo de 1922 ante Tom "Marinero" Maxted. La filmación
le costó 175 dólares, 55 más de lo que cobró por pelear. Más de once
millones de personas vieron luego la pelea en cines latinoamericanos. La
misma operación hizo por supuesto contra Dempsey. "El Asesino de
Manassa", como había hecho en 1919 ante Willard, tiró siete veces a
Firpo en el primer round. Fue el primer round más brutal que recuerda la
historia del boxeo, porque Firpo, a su vez, hizo volar a Dempsey fuera
del ring. El campeón tardó 17 segundos en volver, una cuenta ignorada
por el árbitro Johnny Gallagher, que fue suspendido y terminó
suicidándose. En el segundo round, Dempsey noqueó a Firpo, para alegría
del ex presidente Theodore Roosevelt, Joseph Pulitzer y JP Morgan,
algunos de los "notables" presentes en el Polo Grounds, de Nueva York.
La filmación de la pelea cotizó en oro. Firpo no protestó el despojo,
pero 15 millones de argentinos, como escribió Julio Cortázar, pedían
"declaración de guerra" a Estados Unidos.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Torpe y lento, pero con una fuerza descomunal, Firpo
jamás tuvo revancha. Dempsey lo esquivó como lo hacía con los boxeadores
negros. Esa derrota, igual, fue su mayor triunfo. Perdió sus dos peleas
de 1924 en Estados Unidos y en los doce años siguientes combatió apenas
una vez, hasta que volvió a los rings en 1936, con 40 años, obligado a
recaudar tras una acusación de estafa por la compra fallida de un campo.
El chileno Arturo Godoy lo despidió noquéandolo en tres rounds. Casi
sin testigos vivos de aquellos tiempos, Piñeiro, autor de novelas y
libros políticos, pasó tres años en el subsuelo de Crónica viendo viejas
revistas Así, extrayendo documentos, y repasando también libros de
boxeo y colecciones de El Gráfico y Caras y Caretas. Eligió novelar la
vida de Firpo, hacer un ejercicio de "memoria ficcional" en el que
Firpo, ya consciente de su muerte, repasa su vida en primera persona.
Sugiere, por ejemplo, que Firpo, igual que otros grandotes, fue
reclutado como grupo de choque de la Liga Patriótica Argentina por Félix
Bunge, su descubridor, miembro de las élites nacionalistas porteñas que
en 1919 salieron a las calles para golpear anarquistas y judíos en
tiempos de agitación obrera. E imagina que, ya famoso, Firpo, a pedido
de su viejo amigo Dempsey, que formaba parte del aparato de inteligencia
del gobierno de Estados Unidos, dio informes sobre simpatías nazis en
el peronismo, lo que pudo valerle algún "consejo" del propio Perón. Le
regaló al general los guantes de su pelea célebre y ayudó incluso a que
Dempsey viniera a la Argentina. Colaboró con Evita y recibió la Medalla
de la Lealtad Peronista. Pero nunca fue peronista.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">
</span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">Hacendado hasta con avión propio para recorrer sus
campos, Firpo saludó la política de promoción del deporte de Perón, pero
no el Estatuto del Peón. Llegó a comprar La Marion, una célebre
estancia de 700 hectáreas en Ameghino que alguna vez alojó a los duques
de Windsor y de Kent. La fama de la pelea con Dempsey le permitió ser el
representante en la Argentina de Stutz, "el coche de la aristocracia",
como lo publicitó. Abrió locales en Barrio Norte y Recoleta, sumó otras
marcas, controló el mercado de venta de autos y fue distinguido como el
"empresario de mayor facturación". Sin hijos y con una única mujer
(Blanquita), Firpo se formó en tiempos del glamour de las clases altas
por el boxeo. Bunge lo entrenó en su residencia de la avenida Figueroa
Alcorta (hoy Museo José Hernández). Compartió noches en el Armenonville
con Gardel y el médico Enrique Finocchietto. Y uno de sus principales
amigos y socio en cabarets fue "Macoco" Álzaga Unzué, piloto y playboy.
Su pelea contra Dempsey levantó la prohibición del boxeo en Buenos Aires
y él recibió la licencia número uno. Una multitud asistió a su entierro
en 1960. El Chagas, la enfermedad de la pobreza, lo mató a los 65 años
en su residencia de Barrio Parque.</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span class="fin"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span class="fin">Ezequiel Fernández Moores. Diario La Nación.</span></span></span>Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-8269753758514804822013-07-10T14:47:00.001-03:002013-07-10T14:47:50.362-03:00Para no ser un recuerdo hay que ser Federico Peralta Ramos<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgblm2DqT6uU-Rl86nMJtUHD5wWhW1JOQ1zOYcb11Qheh32eEQpEXYtKSxe5V4_N5lL8RRrK_vrNtmVy5yt0uRclbORHG13FLvBpnDOqdF_kiUEEmHKaN7BCwpNZx_IvKjJKR1_6_nuEbHY/s1600/Grossman-Barilari-Devolver-US-Leonardo_CLAIMA20120903_0042_14.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="189" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgblm2DqT6uU-Rl86nMJtUHD5wWhW1JOQ1zOYcb11Qheh32eEQpEXYtKSxe5V4_N5lL8RRrK_vrNtmVy5yt0uRclbORHG13FLvBpnDOqdF_kiUEEmHKaN7BCwpNZx_IvKjJKR1_6_nuEbHY/s320/Grossman-Barilari-Devolver-US-Leonardo_CLAIMA20120903_0042_14.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">“Eso
es lo que yo hice siempre en la Argentina: abrí las ventanas para
que entre un poco de aire fresco. Ahora el aire fresco ha invadido el
país, todo el mundo tiene ganas de hacer más cosas, manifestarse,
se acabó el miedo al papelón. Durante mucho tiempo una forma de
argentinizar una idea era no concretarla. Pero ahora eso se terminó,
ya nadie quiere postergar sus sueños".</span></span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"></span></span><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><b><br /></b></span></span><span style="font-size: small;">“<span lang="es-AR">El
arte no tiene elementos intermediarios. El sujeto es el objeto y la
contemplación estética desaparece, disuelta en la vida social. En
un mundo cada vez más poblado por ficciones de todo tipo, el arte
encuentra su lugar en la vida social".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">La
mujer come seso, se alimenta de energía mental. A la mujer le gusta
el tipo inteligente".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Soy
como el boomerang que no quiso volver porque se encontró con
Dios".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Yo
abrí una ventana para que saliera el mal olor y ellos nunca me lo
perdonaron".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">La
albóndiga psíquica consiste en una mezcla de todos los estados
mentales: la conciencia, el inconsciente, la subconsciencia, la
preconciencia. Si la albóndiga psíquica funciona normalmente, si
sus elementos se imbrican, se sostienen, se alimentan, el ser humano
tiene salud mental. Yo soy un ser sano, por ejemplo".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Toda
mi vida me la pasé bajando del palco mientras todo el mundo quiere
subir. La verdad es que en el palco no hay nada, pero no hay que
decirlo porque, si no, se termina el movimiento".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Sueño
con un mundo donde exista el Reinado del Bien, donde no tenga que
defenderme más del Error".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Dadme
un punto que me banque el pollo y moveré el mundo".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Salir
de Buenos Aires atrasa".</span> </span></span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">“<span lang="es-AR">Al
final, Dios no es ningún pelotudo".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Serás
lo que te tocó ser y dejate de joder".</span><b><br /></b> </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/g22UEZKV70Y?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></span></span></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: small;">“<span lang="es-AR">Creo
que nunca hay que perder la niñez y la locura: el adulto que
abandona la infancia abandona la creatividad. El enemigo de alguien
creativo es la vanidad, enfermarse de pomposidad y solemnidad,
convertirse en un tronco cristalizado. Es bárbaro fomentar eso,
porque lo que le hace falta a la Argentina son creadores".<br /></span>“<span lang="es-AR">¿Loco
yo? Eso dicen los burgueses que tienen un plafond bajo. Según mi
psicólogo, yo soy un tipo psicodiferente".</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">El
país, a medida que fue perdiendo tela, fue de Guido Di Tella a
Minguito Tinguitella.</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Arte
que me hiciste mal<br />y sin embargo te quiero<br />Arte que te
llevaste<br />amigos<br />Arte que hacés sufrir<br />Arte que maltratás a
la<br />gente<br />¿Por qué no te dejás de joder?”.</span><span lang="es-AR"><br /></span>“<span lang="es-AR">Nada
más bello que el gris que se vuelve oro. Nada más bello que el oro,
pienso ahora”.</span><b><br /></b>“<span lang="es-AR">Soy
un artista plástico sin capacidad comercial y sin efectivo, y con
una incapacidad innata para ganarme la vida”.</span><b><br /></b>“<span lang="es-AR">Es
que la noche es un continuo sacadero de conclusiones”.</span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Hay
que masturbarse hasta que aclare”.</span><span lang="es-AR"><br /></span>“<span lang="es-AR">Para
no ser un recuerdo hay que ser un re-loco”.</span><b><br /></b>“<span lang="es-AR">Yo
soy una estrella porque salgo de noche”.</span><b><br /></b>“<span lang="es-AR">No
me gustan ni los chicos ni los animales porque son competencia
desleal”. </span><span lang="es-AR"><b><br /></b></span>“<span lang="es-AR">Pinté
sin saber pintar, escribí sin saber escribir, canté sin saber
cantar. La torpeza repetida se transforma en mi estilo”. </span><b><br /></b>“<span lang="es-AR">La
gente que tiene el coso adentro es mutante y las conversaciones no se
hacen de cuerpo a cuerpo sino de coso a coso. El coso es la esencia”.
</span><span lang="es-AR"><br /></span>“<span lang="es-AR">Lo
que no está adentro tuyo, no es tuyo”. </span><b><br /></b>“<span lang="es-AR">Comiendo
comida diet cuanto más se come más se adelgaza”. </span><b><br /></b>“<span lang="es-AR">Por
esto, quiero dar un mensaje a la Argentina actual: creo que la
felicidad, en esta época, consiste en encontrar lo mucho en lo
poco”. </span></span></span><br />
</div>
Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-63360976192315948772013-07-04T17:14:00.003-03:002013-07-04T17:14:51.610-03:00Carta al Negro, Hincha de Independiente.<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBq_tGEcTWJB20K9PSZrHOhTRYVVOEjZFpP2YgxgZoaQIEqeFv9OhxCRqVezx1o45jAdRe6sc-9GKGFxUKGYag-Tfa7Vzed9MJ0f6af2QicZE_OcFp_Q3nEzMoA9WBCr6DCCZD2UwL5gz6/s475/television.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBq_tGEcTWJB20K9PSZrHOhTRYVVOEjZFpP2YgxgZoaQIEqeFv9OhxCRqVezx1o45jAdRe6sc-9GKGFxUKGYag-Tfa7Vzed9MJ0f6af2QicZE_OcFp_Q3nEzMoA9WBCr6DCCZD2UwL5gz6/s320/television.jpg" width="320" /></a> El Negro Martínez me pidió que escriba algo acerca de lo que sentí cuando como hincha de River estuve en la B, la segunda división del fútbol argentino. La verdad me quedé pensando un par de días hasta que finalmente me senté a escribir. Lo recuerdo perfectamente, claro que si, porqué el paso por la B fue tremendo. Nada es comparable es cierto. Ni una enfermedad, ni la pérdida de un ser querido, una mudanza obligatoria, un mal viaje. Nada. Uno puede ser frío dejar el apasionamiento de lado y pensar que sólo es fútbol, nada más, pero cuando uno es hincha de un club, también es hincha de la historia, de los goles de aquel delantero que no vió jugar por cuestiones de tiempo, de las copas ganadas o de ese gol que no está en youtube y en niguna parte porqué sencillamente es viejo.<br />
Irse a la B es estar en un lugar incómodo, incierto, un viaje de 25.000 kilómetros hacia la mezquita de la primera que se nos volvió lejana. Un peregrino en busca de la fe. Mientras tanto, uno envejecerá como envejecen los perros: siete años en un uno sólo.<br />
Uno se da cuenta que está en la B cuando se sienta frente a la tele a ver el primer partido. No digo de ir a la cancha que es un problema. Los eternos cacheos que no permiten ni la entrada de un un encendedor mientras los barras entran bombos, trompetas y pirotecnia, la cana, la inseguridad, el estacionamiento más caro del planeta y unas hamburgesas recalentadas al precio europeo bajada con una agua de dios pobre endulzada con un chorrito de la peor bebida cola.<br />
Entonces cuando el referí pite para que comience el partido, todo cambiará. Es cierto el viaje ha comenzado y entonces, Negro querido, querrás que tu equipo haga el gol enseguida pero el otro equipo parece más fuerte, mejor parado. Sabélo: no estarás viendo fútbol, estrás viendo un nuevo deporte donde la pelota rodará pero es estrategia y tripas, huevos. No es para cualquiera. El otro equipo sabe que de ganarte saldrá en la tapa de todos los diarios y vos te sentirás como un sobreviviente de un atentado nuclear y sólo se te hará menos doloroso si te juntás con otros sobrevivientes del mismo atentado a la dignidad.<br />
El otro equipo te querrá ver muerto, arrodillado pidiendo clemencia. Te resultará rara la marca de la camiseta, los sponsors que llevan hasta en el slip, te embocarán un gol imposible digno de un delantero inglés, no lo podrás creer y entonces tu cuerpo se sublevará, se pondrá caliente y tenso, romperás algún adorno al pedo y putearás, claro, porqué ese es el lenguaje de la unión en la B, la puteada.<br />
Pensá esto: vos sos el rico en todo esto. Esos muchachos de enfrente tienen que laburar en un taller, en una imprenta quizás, o no, pero se la juegan para cagarte para tener sus cinco, veinte o sus días de fama.<br />
La B te iguala a las miserias de nuestro fútbol, Boca puede perder 6 a 1 con los sanjuaninos pero fue en la A, vos, ponéle, perdés 0 a 1 con Brown de Adrogué y vas a ver que te empiezan a doler los músculos que nos sabías que tenías en el cuerpo.<br />
Además jugás los sábados y porqué la tele quiera, sino porqué el sábado es el día por excelencia de la B. Mirá Negro, te invitarón a un velorio donde se grita y se putea y el asunto dura 38 sábados de mierda es una verdadera odisea. Todo es de outlet. Las canchas, las transmisiones de radio con periodistas que todavía usan grabador a pilas, el nivel de las patadas alevosas, todo absolutamente es una galaxia desconocida pero aún así a veces hay grandes partidos que son verdaderas batallas. Romperás todas las estadísticas, tu equipo jugará por primera vez en más de cien años de historia con equipos que no sabías que existían.<br />
No hay descanso, Negro, en la A a mitad de campeonato ya suponés algo, quien pelean arriba quienes pelean abajo, en B no, en 19 fechas tendrás que estar arriba entre los tres punteros porqué sino la cosa puede ponerse espesa.<br />
Mirá, no quiero desalentarte porqué se que no estu caso ni el de los hichas de tu querido Independiente pero vos sabés que de nada de servirán estás prevenciones porqué cada uno lo vive a su manera. Apenas te estoy contando lo que me pasó a mí, que me enfermé, quise pensar que era un pesadillla pero no, era real no habíamos ido al carajo con nuestra historia y todo y mirá que nos costó que nos comimos derrotas con Aldosivi, con Atlanta, y ahora si, está todo en youtube por si algún desprevenido quiere saber lo que fue conociendo la Argentina con River en la B.<br />
Ojalá vuelvan el año que viene. Vos sabés que no alegró que el rojo se haya ido. Pero tené paciencia, es un campeonato como los de antes como cuando éramos pibes pero sin los grossos. Vas a ver un fútbol que nunca viste, en serio, un poco más ríspido pero más noble y no tan maricón como la A por eso te decía que no es para cualquiera y uno ni siquiera puede tener una preparatoria para estos casos. Así que lográ un buen sillón, si podés mirá los partidos sólo o con alguien rojo como vos, huíle a esas multitudes hinchas de la hinchada. Si, ya se que la gente te emocionará y lo seguirá a todas partes, pero todos querrán ganar, que el tiempo pase rápido con tu equipo en la punta. Hacéme caso, resistí con pensamiento no pierda las pasión pero que no te desborde. Sabés porqué te lo digo? Porqué en el último partido vas a gritar como nunca y aunque la historia te diga que no tenés que festejar, vas a gritar, vas a llorar de alegría porqué volverás al lugar del que no te tendrías que haber ido.<br />
Un abrazo grande.Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-72882049216507609302013-06-25T21:34:00.000-03:002013-06-25T21:34:31.867-03:00Esto no es River<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgabFfJ2kFpiUaHlbLQwbdJkBc8IGU0Opigzja3Pcs_KIPlE-jf42BwD6NsCDAMTwdSsorBRBAqMjzPQm5o3PTBn0_4PToku45Axf1FJ7bI6t-mjlMnaep1hQwFmapbySNCMSmGGzUalWLG/s1600/o_20130624170241_pumas_busca_a_delantero_campeon_del_mundo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="201" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgabFfJ2kFpiUaHlbLQwbdJkBc8IGU0Opigzja3Pcs_KIPlE-jf42BwD6NsCDAMTwdSsorBRBAqMjzPQm5o3PTBn0_4PToku45Axf1FJ7bI6t-mjlMnaep1hQwFmapbySNCMSmGGzUalWLG/s320/o_20130624170241_pumas_busca_a_delantero_campeon_del_mundo.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Ramón Díaz "limpió" a David Trezeguet dicen y hablan los titulares deportivos y los periodistas supuestamente expertos en la materia. Pero Ramón se ensució con esta medida. El puterío dice que fue una cuestión de egos y si fuese así sería doblemente lamentable. Alguna vez el mismo Pasarella le pasó la escoba a Ramón y lo mandó a Tokyo a hacer sus últimos goles. La historia vuelve a repetirse. Tiramos a los tipos valiosos e identificados con el club por la ventana.<br />
El mensaje a la sociedad también es nefasto; la edad y las lesiones, decían pero el tipo se operó para estar mejor para ponerse a punto para quizás, poder entrar en la copa Libertadores.<br />
Nada de eso. No sirve la idea y la acción de mirarlo a la cara y decirle no te tengo en cuenta. Ramón Díaz, pícaro, canchero, tiene espaldas para hacer estas cagadas y es curioso porqué las cagadas están llenando el camino. Le pasó al Pelado Almeyda que colgó al Chori Dominguez y a Fernando Cavenaghi para que después lo terminen colgando a él, justo a él que le dejó la base al mismo equipo que no pudo ganarle al peor Boca de la historia, que quedó eliminado de la copa Argentina ante Estudiantes de Buenos Aires y perdió por goleada ante Lanús.<br />
No me engaño.<br />
La gente de River no quería que David sea expulsado . Se hablaba que iba a ser manager inclusive, casi una tomada de pelo. Cómo si hubiese un lugarcito entre los egos de Ramón y Daniel para que un David cualquiera venga a decirles a que jugador contratar. Tampoco quería que se fuesen el Chori y Cavegol. En cambio si quiere que se vaya Funes Mori mas o menos desde que empezó a jugar en la primera de River. Pero lo bancan y lo rebancan como si fuese Van Basten pero rengo y siempre en off side.<br />
Esto no es River. Estamos dejando ir a los mejores, a los que pueden enseñar, a los que se hicieron en el club o los que llegaron de corazón, como David Trezeguet después de haber ganado todo pero todo en Europa.<br />
Soy de la época del Beto, del Pato, del Enzo, de la época en que Labruna se tapaba la nariz en la cancha de Boca y los bosteros lo respetaban, de las gambetas de Orteguita, los tiros libres del Muñeco Gallardo y los goles de Salas y también vi jugar a Passarella y a Ramón, grité goles de ellos pero nunca los soporté como técnicos porqué los campeonatos los ganan y los pierden los jugadores.<br />
Vi otro River y me hice hincha de muy pibe de toda esa historia que ya es parte de mi ADN por eso cuando veo estas cagadas con tipos que se hicieron en el club con otros que llegaron por amor pienso que no es River, que es otra cosa sin dirección ni orilla, a la deriva celebrando que estamos lejos de los promedios mientras Botinelli juega en el puesto de Pasarella y Funes Mori en el de Ramón y el pobre de Trezeguet cae en el vacío después que lo tiraran por la ventana.Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-15471664955104585862013-06-24T15:13:00.000-03:002013-06-24T15:13:33.149-03:00La gran mentira<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/2BHrt8uB-IE?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
En el 2003, cuando hacíamos "Vida y vuelta" por canal 7, presentamos la historia de Raúl Barón Biza. Fue uno de los pocos documentales que contaron la vida de este escritor, millonario y bonvivant. Una familia, además atravesada por la tragedia y los suicidios pero que en ,la provincia de Córdoba, su leyenda sigue tan en lo alto como el monumento en forma de ala que recuerda a su primera mujer. Aquí un extracto de aquel trabajo y un fragmento (abajo) de uno de sus polémicos textos que ninguna editorial queria publicarlos. <br /><br />
<br />
No publiques este libro – me aconsejaron. <br />No publiques este libro- amenazaron. <br />No publiques este libro- gimieron los que aún me aman. <br />-¡Con tu idea de hacer pan de los muertos!... <br /><br />Yo miro hacia el mañana. Me anticipo a los siglos. ¿Dónde enterrarán los muertos cuando al mundo lo habiten dentro de miles de años, miles de millones? <br />Precisarán el lugar que ocupen en la tierra. ¿Cremarlos? ¿Hacer humo de esas riquezas mientras la humanidad sufra hambre, frío, sueño? <br />Habrá que llevarlos al laboratorio, transformarlos, ordenarles en sus compuestos y hacer pan, hostias, para que el mundo comulgue y se purifique en su propia carne y sangre; subdividirlos, deshidratarlos, clasificar sus huesos, sus órganos, sus tejidos, sus hormonas, acondicionarlos en inmensos frigoríficos como reses, o en probetas para usarlos en la medida de las necesidades de los hombres. Usarlos para reparar las retinas cansadas de llorar, los hígados tumefactos por el alcohol estatal, los pulmones cancerosos, los testículos agotados. <br />Modificarles las circunvoluciones del cerebro, extirparles las de la rebelión, amansarlos, para que no sientan ansias de matar cuando la hembra les traicione, el amigo les robe y el político les engañe. <br />Transformarlos en abono, en alimento, en aceites industriales, para beneficio de los trust y el progreso del hombre. Disponer por clases sus glándulas, sus espermatozoides, embotellar su sangre, que aún puede ser origen de vida. <br />El laboratorio hará inmortal al hombre. Negará el mandato divino de “Volver a la tierra” y la manzana bíblica justificará, cientos de siglos después, la eterna audacia de Eva y la sabiduría de la serpiente.<br /><br />No publiques este libro… <br /><br />Querrás acusar y no tendrás pruebas. Los jueces están obligados a condenarte. Juraron defender la ley, y la ley no te permite decir más verdad que la que ésta afirma que es verdad. Su verdad debe ser tu verdad. Si niegas su verdad, niegas la ley. Si tu verdad es enfrentada a su verdad, se corre el riesgo de la polémica y discutir con la verdad hecha ley, es rebelión, anarquismo, y ello significa la posibilidad de modificar cómodas poltronas por bancos de fábricas. Te marcarán con rojo y no tendrás derecho de sal ni de fuego. <br /><br />No publiques este libro… <br /><br />Los hombres necesitan de sus mentiras, de sus principios, de su historia –no como fue- sino como quisieran y soñaran que fuera. <br />¿Vas a negar las estatuas, los santos y hasta los dioses? ¿Vas a negar el amor, la amistad, la madre? ¿Vas a desnudar la verdad y exhibir las almas mugrientas y andrajosas? ¿A negarles la careta y el carnaval? ¿Qué les dejas para que puedan vivir sin llorar por lo que ya son?<br /><br />No publiques este libro…<br />No los exhibas tal cual los imaginas; fieras de sombrero y corbata, perras de taco alto con rouge en los hocicos. <br />¿No tienes bastante por haber orado inútilmente por los niños paralíticos y los viejos cancerosos y podridos? ¿Qué culpa tienen de que hayas sido traicionado y vendido por el hermano y amigo? ¿Qué culpa para mancharlos con tus escupitajos de resentido y fracasado? <br /><br />No publiques este libro… <br /><br />Deja a los jóvenes con sus esperanzas, con sus gusanos de hoy, que algún día, mañana, serán mariposas. No les robes la luna. <br /><br />No publiques este libro… <br />Con él se irá tu compañera. <br />-y se irá mi compañera. <br />Y tus hijos- <br />-y se irán mis hijos. <br />Te echarán del rebaño, <br />-me alejaré del rebaño. <br />Te salivarán el rostro, te venderán, te obligarán a aullar como lobo. <br />-y aullaré como lobo. <br />Habrá frío, <br />-y tendré frío. <br />Se hará de noche, <br />-y se hará la noche. <br />Sentirás sed, <br />-Sentiré sed. <br />Tendrás miedo. Estarás solo. <br />- y estaremos solos. <br />Dios y yo, yo y Dios…<br />
<br />
Raúl Barón Biza, la gran Mentira 1959.Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1458176138089178814.post-71285305532337826922013-06-17T19:04:00.004-03:002013-06-17T19:04:46.932-03:00Un texto necesario para este momento
<!--[if gte mso 9]><xml>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves>false</w:TrackMoves>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:DrawingGridHorizontalSpacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing>
<w:DrawingGridVerticalSpacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing>
<w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>
<w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:DontAutofitConstrainedTables/>
<w:DontVertAlignInTxbx/>
</w:Compatibility>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="276">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]-->
<!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;}
</style>
<![endif]-->
<!--StartFragment-->
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUQ020_7BR19_Px_Dlelj1WRYrWrHeO0hy4lz90F8KDRVhJqw_Tg1PpEJL7q6uGTmm0lXF4NiBvYmwZjO6EZColrEvpZSzrLtfMlqZ6YLv7jbY_TH1ONzNfH2IH2yMN-6DnYWNHNME-Z3N/s1600/images.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUQ020_7BR19_Px_Dlelj1WRYrWrHeO0hy4lz90F8KDRVhJqw_Tg1PpEJL7q6uGTmm0lXF4NiBvYmwZjO6EZColrEvpZSzrLtfMlqZ6YLv7jbY_TH1ONzNfH2IH2yMN-6DnYWNHNME-Z3N/s400/images.jpeg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<em style="background-color: #e4e4e4; font-family: Arial; font-size: small; line-height: normal;"><b>Del libro Radiografía de la Pampa, Ezequiel Martínez Estrada (Losada, Buenos Aires 1983)</b></em></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%;">Frente a
la política, el arte queda como una manifestación esporádica y subsidiaria,
como un fenómeno restrictivamente porteño dentro del otro metropolitano. Las
inquietudes espirituales dan su brote, su flor y su hoja amarilla en Buenos
Aires; y ha de considerarse la cultura como un caso particular de urbanismo. Al
talento no le queda otro camino que aquel de los productos en desagüe de la
periferia al centro y del centro onfálico al exterior. Fuera de la capital
arrastra su existencia parasitaria de lo que aquí se produce, emigra o sucumbe.
Sin embargo, el talento no es oriundo de la metrópoli, también como en los
buenos tiempos de Roma. En provincias no se escribe ni se lee; la llanura
inmensa es refractaria a la intensidad de cualquier cultivo y los artistas que
fatídicamente nacen en ella, tienen implicado el trágico destino de ser una
negación en diversas formas, de la llanura; de no aclimatarse ni acá ni allá.
Diarios, periódicos y libros se imprimen en Buenos Aires, con vistas al consumo
rural. Los que se editan en el interior cabestrean su existencia baladí de
pordioseros del gobierno comunal o provincial, con sus eternas cuatro u ocho
páginas de avisos interpolados de las clásicas cursilerías y lugares comunes
del periodismo y la tipografía de campaña.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">Pueden
llamarse los órganos paródicos del periodismo, aunque como ninguna otra forma
de publicidad expresa con ingenua pretensión, la fusión simbiótica de la
política y la literatura, del alfabetismo y de las artes gráficas. Aquello mismo
que los periódicos de campaña revelan sin saberlo, puede aplicarse a la gran
ciudad, y bastaría buscar, como en el gaucho urbano, cuáles son las
transformaciones que ha experimentado al crecer en tamaño y número de
ejemplares. Cultura y política son una misma cosa; gobernante y pedagogo,
institución artística o científica y autores que entran en una coordinada
acción de recíprocos derechos y deberes. Un gobierno quiso caracterizarse por
cierto filisteísmo augusteo, precisamente porque era oriundo de la masa
refractaria a la cultura, e incurrió en actos teatrales de mecenismo. Hizo
repartir, por ejemplo, entre los campesinos una traducción de las <i>Geórgicas</i>.
La transfiguración de elementos de la cultura más auténtica en ese
renacimiento, sirvió para corroborar un plan de urbanismo romántico y como el
autor de la <i>Novela Cómica</i>, dio su <i>Virgile travesti</i>. Llévese, si
se quiere el caso a las sociedades artísticas y turfísticas que protegen las
artes y las letras, como órganos representativos de la ganadería y del
pensamiento. Ésa es la suerte de la inteligencia que huye de la llanura y es en
pleno centro recapturada por las fuerzas eternas de la pampa.</span><span style="color: white; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">Ningún
órgano que en la ciudad dé forma para negar la realidad del campo niega la
realidad del campo. Más que el gobierno paladinamente oriundo de la masa
refractaria de la cultura, el gobierno nacido de la negación de ese tabú
político quiso consumar la obra devastadora de la pampa; negó al intelectual,
prescindió ostentosamente de él y además lo persiguió hasta donde pudo.
Privando al intelectual de sus legítimos derechos, acorralándolo en un brete
sin salida, completó aquel programa. Y sin embargo, Buenos Aires, la obra más
extraordinaria de la política argentina, atrae al artista, lo seduce y lo
corrompe.</span><span style="color: white; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">Es verdad
que en Buenos Aires hay lo que podría llamarse estructuras concretas de
ciencia, de arte, de profesores liberales, pero no son autónomas de la ciudad y
obedecen a la política que hizo a la ciudad, dependiendo indirectamente del
erario. Todos ellos son fenómenos municipales, patrocinados o subvencionados en
última instancia por la comuna o el gobierno, un poco en secreto. Para abrirse
paso en la maraña de los intereses que monopoliza la política, ha de ofrecer su
talento a los dos únicos postores: el periodismo o la administración pública.
Sin poder sacar provecho ni regocijo de su obra, que nadie lee, reclama el
subsidio y ya está vencido; ya no es él sino un colaborador de las fuerzas de
la llanura que se refugiaron en la aldea. Simulacros de escritores, de
artistas, de sabios han ocupado mediante la entrega condicional de su persona
los altos puestos. Enseñoreados de los diarios, las cátedras y los cenáculos,
defienden con uñas y dientes su empleo. Aquellos apóstatas que claudicaron en
su fe son los apóstoles de ese ideal urbano, los herejes sublimados del
contraideal. Diarios, universidades y salones se sostienen por un complejo
sistema de intereses cruzados; unos amparan a los otros y a lo largo de los
personajes encadenados circula una sola sangre y un solo fluido vital: la
política. El método de la "cadena" descubierto por los tahures de
comité es antiguo y continental. Ese sistema de la "cadena", de la
complicación en serie, es el esquema de las actividades lícitas que se basan en
la política y lo practican sin saberlo todos los que anhelan por encima de sus
fuerzas. El artista honesto está predestinado a sucumbir porque está solo, y su
rebeldía o su renuncia contrasta con el canevá de los intereses en juego. No
tiene compromisos recíprocos; es un eslabón suelto.</span><span style="color: white; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">La ciudad
es de una textura homogénea aunque parezca abigarrada y cosmopolita; tiene el
alma en bloque. Los trabajadores solitarios son hijos de la soledad; y veinte
hombres libres son los que levan sobre sus espaldas el prestigio de la Nación.
Si murieran de pronto, la Nación caería por su propio peso en las tinieblas
australes a un nivel a ras de toda la latitud sudamericana. La ciencia se
recluye en gabinetes y laboratorios; la literatura se ofrece al periódico y la
revista para morir finalmente en el libro. El Estado que no cree sino en el
peligro, concluye adquiriendo los libros y los cuadros que nadie compra y los
distribuye en las bibliotecas y los museos que nadie visita. La vocación del
artista y del sabio es un contrasentido con la realidad profunda, y el crítico
que pasa en silencio las obras de enjundia y trompetea alrededor de las
mistificaciones, está inconscientemente al servicio de las fuerzas oscuras de
la pampa. Sobre los que se mantienen en pie trepa la hiedra de los que han fracasado
hasta que los cubre el pasto. Los muertos matan a los vivos, como en el palacio
de los Atridas. Formas abortivas y monstruosas, nacidas de cópulas
gubernamentales, engendradas con los logos espermáticos de la política, se
multiplican por sí mismas en pululación de bacterias, en obras completas de
treinta títulos. El Congreso vota fondos para que se escriban obras o para
adquirirlas. Son fantasmas a la rústica. Las plazas están llenas de simulacros
de bronce y de mármol; los museos atestados de simulacros; los programas
sinfónicos mechados de fantasmas. Todo ese mundo de los abortos inmortales nace
de la política y es hijo de las cámaras, de los gabinetes y de los comités. El
público está complicado en el sistema de la cadena y aplaude; llena los teatros
y repite los gloriosos nombres de los espectros. Pero con socarrona picardía
guiña un ojo; porque miente mucho más que se equivoca. Espera la muerte
verdadera y olvida. Dramaturgos, poetas, músicos y pintores: todos amortajados
en la misma tumba continental del olvido, han muerto. Los muertos de ayer
parecen antiguos y distantes. Es la política, que empuja con todas sus fuerzas
hacia delante, que teje de día sus telas y las desteje de noche. Mientras vive
el defensor de sus intereses, mientras pueda hacer daño o bien, es respetado,
como el político en auge; cae y se le olvida. En esa nefanda obra de cremación
y aventamiento de las cenizas están complicados el gobierno y el pueblo, que
prefieren al impostor vivo y no al talento muerto. Los monederos falsos de la
cultura se nutren de cadáveres; aquel olvido es este renombre.</span><span style="color: white; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">La falta
de estados verdaderos de cultura se suplanta con estados ficticios de cultura;
empresas poderosas de publicidad y de noticias sostienen la política de la
literatura estándar. Si el periodista tiene las ideas de la administración,
ésta tiene las ideas de los anunciadores de página entera, que casi siempre
coincide con el mismo universal sistema de la cadena, con lo que se lleva y se
consume con mayor cantidad. Centenares de cerebros trabajan diariamente en la
misma tarea, modelando y puliendo con arreglo a un canon periodístico del mayor
consumo. La personalidad del autor, incluso cuando le permiten que firme, se
disuelve en una liga de plomo fundente, y toda la redacción es una masa gris de
ideas y de renglones de linotipo. No tener qué comer es peor.</span><span style="color: white; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">La suerte
del escritor es todavía más triste que la del periodista; tiene que transigir
con el lector de diarios, o tener fortuna. Los mejores son pobres y viven de
otras cosas. Persisten en su trabajo porque Dios lo quiere así. Los
intelectuales libres de la política de las empresas de prensa son destruidos de
cuajo. Quien tiene dinero tiene fama; sus libros circulan al amparo de una
firma bancaria de reconocida solvencia, y entonces puede cometer las mayores
indignidades sin que se afecte su prestigio. La reputación es una incansable
paciencia. El mismo lector que se pasma del éxito de su novelista predilecto,
gusta pecaminosamente de las ediciones clandestinas, como si realmente
estuvieran prohibidas.</span><span style="color: white; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 16.0pt; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-autospace: none;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">No menos
tiránico que la prensa, el comité político-literario y la administración
pública acogen con reservas al hombre de acción fracasado y al idealista a
ultranza. El autor costea la impresión de su obra con el sueldo que le paga el
Estado y el Estado le compra el libro, devolviéndole su dinero. Devuelve el
costo y recupera las ideas, retirándolas de circulación. Una vez hecha la fama
se respeta hasta que la muerte barre con todo. La cadena queda soldada entre
autores, impresores y consumidores.</span><span style="color: white; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<span style="font-family: Arial; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 13.0pt;">Lograda
una buena posición, ahí termina toda inquietud, se echa vientre y se espera la
jubilación o las palmas académicas. Y entonces con la muerte llega la
inmortalidad mientras se vive.</span></div>
<!--EndFragment-->Tomapaposthttp://www.blogger.com/profile/02810473713331215120noreply@blogger.com0